D o c e

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Julio pasó por el casillero de abril como de costumbre, aunque no pensaba depositar nada en el esta vez. No sabía que escribirle y cada vez que lo intentaba solo salían palabras sin sentido sobre como no debería andar con Ian. Se sentía patético. No solo no se animaba a hablarle sino que ahora ni siquiera sabía que escribirle. Miro aquella puerta roja una vez más y cuando iba a girar su rostro hacia el pasillo divisó sobresalir lo que parecía una nota. Tomó el papel con la esperanza de que tal vez, solo tal vez, le había dejado una nota a él. Y así fue. No era muy larga pero en ella ponía que lo extrañaba. Lo siguiente que hizo fue tomar un papel cualquiera de su mochila, una lapicera y con ella escribió nuevamente a Abril. 

Querida Abril:

No me olvide de ti. Es sólo que tuve unos problemas para nada importantes. Por cierto, me gusta que estés más alegre, aunque también estás como que volando ¿Soy yo o alguien se esta enamorando?

-J.

PD.: ¿Qué le dice un atún a otro atún? Atún-lado me siento seguro.
Te debía el chiste de ayer. Acepta que estuvo mejor que la semana pasada (Ten piedad de mi) 

AbrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora