Dejar ir...

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Luke POV

Caroline: Luke, ¿Ella o yo?

Luke: No me hagas elegir o saldrás perdiendo.

Caroline: No me digas eso por favor, yo de verdad te amo.

Luke: Yo ya no.

Caroline: ¿Que me estas tratando de decir?

Luke: Que simplemente ya no te amo, lo siento pero mi amor por ti se terminó, me gusta alguien más.

Caroline: ¿Significa que esto llega a su fin?

Luke: Claro que sí, y si no sería mucha molestia, creo que sería bueno que nos bloqueáramos por un tiempo.

Caroline: ¿Hablas en serio?

Luke: Sería lo mejor, sólo no me odies, por favor.

Caroline: Es un poco difícil no hacerlo, pero te digo adiós.

De verdad que esto me duele, pero debo admitir que mis sentimientos cambiaron, en serio que ya no siento amor por ella, pero me importa y no quiero que sufra por mí, no valgo la pena y además me gusta alguien más, espero haber hecho lo correcto por ambos, así ninguno de los dos sufrirá, aunque me importa más que ella no sufra, yo sé que no lo haré porque no la amo, quizás me duela un poco por todo el aprecio que le tuve pero ya no siento lo mismo.

Caroline POV.

No pude evitar sentirme como la peor basura del mundo, creo que Valerie lo notó pues puso su mano en mi hombro.

—¿Estas bien?

—Quiero ir al baño.

Me levanté como pude y fui al baño, cerré la puerta con seguro y me apoyé en el lavabo, donde deje que más lágrimas salieran de mis ojos mientras volvía a sentir ese enorme vacío en mi pecho porque no entendía que habré hecho mal para que Luke me dejara de querer, ¿Acaso era más fea que esa chica?, quizás sí, ella es mucho más linda aunque él me haya jurado que no, y me parece demasiado extraño que su amor se fuera así de la nada, supongo que debo hacerme la idea de que él sólo se fue de mi vida para siempre quizás, aunque lo dudo porque es mi primo y se que lo veré más veces.

—Cookie, abre la puerta—Dice Valerie con un suave tono mientras golpea la puerta con delicadeza, me encanta ese apodo que me tiene, es como galletita o algo así.

—No quiero hablar con nadie—Sentía como me salía la voz con el nudo en la garganta.

—Quiero abrazarte.

Lo pensé un momento y abrí la puerta en donde ella se me abalanzó y me abrazó muy fuerte, juro que sentía como me iba a desmayar, pues sentía mis piernas muy débiles, así que ella me llevó a mi camilla y empezamos a hablar del tema, ella quedó muy enojada y yo me volví a desahogar en su hombro.

—¿Que sucede?—Llegó papá.

—Nada, Señor Dano, es sólo que Caroline esta triste por su partida del hospital, se que nos extrañará y nosotros a ella, ¿Verdad Cookie?

—Claro, Val, los extrañaré y por esto estaba triste, papá.

—Pues lamento estropear tan hermosa escena entre ustedes, pero me debo llevar a Caroline a casa.

—¿Ahora, papá?

—Ahora.

—Entiendo.

Me levanté y fui al baño de nuevo, esta vez para cambiar mi ropa de una bata a mi ropa normal, unas medias de esqueleto, una faldita corta y suelta de color roja con cuadros negros y una polera a rayas horizontales blanco con negro, por si hacía frío afuera, me pondría mi suéter de gatitos, y claro que mis hermosas Converse no podían faltar y finalmente me hice un peinado en el que recogí mi cabello en una parte, despejando mi frente y lo até en la parte de atrás de mi cabeza.

Vive tu vida no la terminesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora