Cap 8.

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Llovizna tras llovizna, ese era el clima de todas las noches, el viento soplaba con fuerza golpeando a las ventanas así como lo hacían las gotas de lluvias.

Suho salía cada noche al jardín a hacer lo mismo, jalar las malas hierbas. Sus pensamientos sobre la forma de huir no volvieron a su cabeza otra vez, en su lugar se hacía la idea de ver sonreír al joven dueño de la casa, agradecerle con un poco de perdón que pediría después por haber mentido y hasta quizá con un abrazo.

Sus manos tenían cada vez más y más ampollas, al igual que sus pies, pero no le importaba, él como un joven de barrio pobre podría superarlo sin problemas, las noches estas no era desagradable.

Unas gotas más grandes fueron cayendo sobre él, miró al cielo gris con una sonrisa, no sé veían las estrellas ni nada, pero sonreía porque a diferencia de algunos trabajos que tuvo en el pasado, esta era la más linda.

- Maldito viejo -maldijo en voz alta sentándose en el suelo húmedo- Lo odio.

Esas gotas sobre sus manos le recordaron un suceso en el pasado, recordó aquella vez que trabajó por la noche en una carretera oscura con demás muchachos recogiendo basura después de haber un concierto en la playa, necesitaba dinero y fue lo único rápido que encontró, recordó como para las 3 de la madrugada todos estaban agotados y uno de los amigos de Suho tenía dolor de estómago, pero el jefe lo ignoraba, Suho le pedía que aguantará un poco más y que luego se irían, trató de que su amigo no hiciera mucho por su dolor y fue Suho quien trataba de ayudarlo.

Ya casi las 4 Suho sentía sus piernas temblar de cansancio y en una de esas se tropezó y cayó al suelo, de lo cansado que estaba le tomó tiempo levantarse, se sentó unos segundo, se sentía débil y cuando iba recuperándose se acercó el jefe como un capataz a un esclavo y empezó a gritarle cosas como "¿Qué crees que haces? ¡Levantate o no te pagaré!" Y un montón de cosas, estuvo a punto de golpearlo, al final Suho se puso de pie y aún con el cansancio volvió al trabajo amaneciendo en ese lugar así como sus demás compañeros, después de eso enfermó y el dinero de esa noche lo había usado en su recuperación.

- Que irónico -volvió a hablar para si mismo- como odio a ese idiota -decía con un rostro que tenía entre una sonrisa y a la vez odio.

Se miró las manos llenas de heridas, algunas plantas lo había cortado, otras le producían alergias, otras picaduras pero no se sentía mal, al contrario.. se sentía vivo y quizá esa no era la razón.

Alzó la vista a la ventana del menor y sin querer, sonrió.

"Puede estar lloviendo, que el frío sea tremendo pero terminaré de arreglar este jardín, quedará hermoso como esta mansión que es casi tan hermoso como Yixing.."

Sonreía bobamente hasta que se dio cuenta de sus propios pensamientos. Agitó la cabeza como si con ese acto borrará esos pensamientos hacia el joven dueño de la casa, pero al contrario, sólo hacia que pensará más en Yixing.

Volvió al trabajo para no "distraerse" con sus propios pensamientos haciéndolo más rápido o eso esperaba.

En tanto Yixing en lugar de dormir se había levantado hacia su escritorio, tomado un lápiz y un papel y dibujar garabatos que para él tenían mucho sentido, lo que esta vez dibujaba era un modelo de ropa que según él sería maravilloso para Jun Myeon, cuando recuperará la vista sería lo primero que confeccionaria.

Ambos volvieron a dormir, sólo unas horas...

Al despertar, Suho, lo primero que hizo fue mirar hacia el jardín, ya casi lo tenía terminado, sólo debía hacerlo una noche más y ya estaría, se sentía orgullo de si mismo, le había tomado unos cuantos días pero lo valía, sabía que lo valía.

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