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Mi piel sigue teniendo tu necesidad

Mis manos siguen buscando tu cuerpo

Mi mente no sabe lo que es la paz

Sigo buscando sombra en el desierto. (8)

¡Que gran manera de iniciar un día!

¿Que mejor que Beret?

— ¡Emma! Bajale a la música, cariño. — Grita mi madre desde la cocina.

Ugh, que molesta.

Me preparo mentalmente para volver a ver a Christian.

También me preparo para ir al Instituto.

Ya saben, ducha, maquillaje, peinado y vestimenta.

Tal vez me estoy apresurando demasiado con lo de este hombre.

Tengo miedo.

Miedo a que nos descubran.

***

— ¡Buenos días, profesor! — Digo sonriente, adentrandome al salón.

— Buenos días — Susurra él, ¿Cortante?

Eso me baja el ánimo un poco.

Cuando comienzan a adentrarse los alumnos al salón, el profesor cree que ya es hora de comenzar con su clase.

Aburrida, comienzo a jugar con un lápiz.

— ¡Maldición, Winchester! — Escucho que gritan.

Me doy cuenta que todos me observan, y quien gritó es mi profesor.

— Debería prestar más atención en mi clase, hace diez minutos que estoy hablándole. — Dice fastidiado.

¿Y ahora que hice?

***

— Mija, ¿estas lista? La reservación es para las doce treinta y son las doce, por favor, alistate. — Dice mi madre.

Lo de hoy me tiene bastante mal, ¿acaso hice algo que no debía?

Pongo mi lista de reproducción de Spotify mientras me voy cambiando a un vestido, sencillo pero bonito.

Muy para la ocasión.

En el celular comienza a sonar Beret - Ojalá.

Yo necesito ganas no querer ganar

Y si algún día perdiese mi miedo a perder

Me duele haber corrido para no llegar

Ahora se que el camino es la meta también. (8)

Guau, que gran letra.

Y he aquí el bonito vestido que tengo puesto.

Me pongo unos tacones, luego me hago un maquillaje simple, y listo

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Me pongo unos tacones, luego me hago un maquillaje simple, y listo.

Me siento muy bonita en estos momentos.

— ¡¿Ya estás lista?! — Escucho el grito de mi madre, UY pero que molesta.

Toc toc se escucha que golpean la puerta de mi habitación. — ¡Adelante! — Digo levantando mi voz.

Cuando veo quien entra, me sorprendo y grito — !¿Matt?!

No puedo creer que mi hermano este aquí, tanto tiempo paso desde la última vez que nos vimos.

— Mi pequeña, ¿Cómo estas? —
Me saluda alegre y luego pregunta.

— Genial, ¿tú también vas a la cena? — Le pregunto contenta de poder estar más tiempo con él.

Mi hermano es un universitario de veintitrés años, sin novia, castaño y con unos ojazos azules bellos como el mismo.

— Si, hermanita. — Dice — Nos vemos abajo — Y sale por la puerta.

Unos minutos después ya estoy lista y bajo. Mi madre esta allí, se ve que ya me están esperando.

— Mi hija es hermosa, pero no me superas, eh bebé. — Dice ella.

Me río.

Salimos, y cuando llegamos mi madre dice que tiene una reservación a nombre de un tal Smith, raro.

Cuando estamos llegando a la mesa me detengo. ¿Que rayos hace él aquí? Cuando me ve queda sorprendido.

Esta sentado en una mesa para dos con una mujer, la misma a la cual le pidió matrimonio.

Me dirijo a la mesa en la que se esta sentando mi madre y mi hermano. En esta mesa se encuentra un hombre de unos cuarenta/ cuarenticinco años de edad, ponele.

— Tú debes ser Emma, Rachel me ha hablado mucho de ti. — Me dice el hombre.

— Aja — Le respondo cortante.

El hombre parece incómodo.

— Disculpa, es difícil de llevar al inicio — Dice mi hermano.

Observó disimuladamente a mi costado a Christian y a la mujer.

Él se levanta de su asiento y se dirige al baño de hombres.

Pido disculpas y me levanto, para seguirlo.

Me adentro al baño y lo encuentro mirándose por el espejo.

— ¿Que haces aquí?— Me dice al verme. — ¿Acaso me sigues?

— Pfff, ¿Yo? ¿seguirte? Ni loca— Le digo.

Luego de eso me salgo del baño y me voy a sentar.

— Volví, ¿Tu quien eres? ¿De que trabajas? ¿Porque quieres estar con mi madre? — interrogo al hombre.

— E-eh, yo... la amo, y soy dueño de una empresa, me llamo Marcus Smith. — Responde.

Genial

Un empresario.

— Tengo sueño, Matt. — Le digo a mi hermano al oído.

— Madre, nosotros nos vamos, que tengan una linda velada, adiós. — Le dice mi hermano a mi mamá.

— Adiós. — Saludo.

***

¡Que día!

Me muero de sueño.

Gran manera de terminar la noche, ¿no?

Me quito el vestido y me pongo un pijama.

Escucho que golpean la puerta y entra mi hermano — Yo ya me voy, nos vemos pronto, hermanita. — Me dice abrazandome.

— Adiós, te quiero. — Le respondo.

Luego se va.

Yo por otro lado me quito el maquillaje y me recuesto.

Cierro los ojos y caigo en un profundo sueño.

Amándonos en silencio. (Tom Hiddleston)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora