El día comenzó de una manera rara.
Encontré a mi hermano desayunando en mi hogar, ya que usualmente casi nunca viene por culpa de sus estudios.
Luego, al llegar al instituto unas chicas me hablaron muy amablemente.
Después de eso, el director se presentó enfrente de mi para preguntarme si podría ser ayudante de la institución.
Eso requiere pasar una hora más que todos en el instituto con los amargados de los profesores, exceptuando a uno.
También requiere trabajar, puff pero que aburrimiento.
¿A quien engaño? soy lo mas guay de todo el mundo mundial y acepté.
Bueno, en realidad no me quedaba otra.
No todos los días viene tu director a pedirte algo.
Favor con favor se paga
A todo esto, en estos momentos estoy comiendo una porción de pizza en la cafetería y escuchando música.
Y yo seré tu princesa
toda la noche yo seré tu princesa
suena una canción que descargue un tanto pegadiza.
Termina la canción cuando se me acercan las muchachas que me hablaron hace un rato.
— Linda, ¿Porque no vienes a sentarte con nosotras y nuestro grupo?
— No lo sé, ¿Están seguras?— Respondo insegura de que no me quieran allí.
Asienten de manera alegre y efusiva.
Me levanto de la mesa y tomo mis cosas para seguirlas hacía la mesa donde estaban varios muchachos y varías chicas atractivas.
— ¡Ey! ¿Emma no? ¿Que tal? — Me pregunta un chico bastante simpático.
Le sonrío mientras asiento.
— Vez, tonta. Son todos amigables. — Me dice Layla, una de las chicas que conocí hoy.
— Alex no deja de mirarte, amiga. — Me dice al oido mientras disimula mostrando quien es Alex. — Wow, ni un segundo que estas y ya lo enamoraste— dice juguetona.
Ese chico... es muy atractivo, bastante diría yo.
Tiene pinta de mujeriego, pero a la vez de bad boy, esos de las típicas pelis que no hablan con nadie y usan chaqueta de cuero negra.
Solo que este solo tiene cara de bad boy, pero se viste extremadamente bien y es irresistible.
***
Una vez que se van todos me dispongo a ayudar a llevar los libros del profesor de física al salón de profesores, donde se encuentran la mayoría de ellos.
Todos se quedan una hora o mas porque le quedan asuntos pendientes, también para hablar sobre alumnos o temas importantes.
Entre ellos esta mi profesor de literatura, si, ese profesor que me esta robando el aliento desde el primer día.
— Dime Emma, ¿Cual materia resulta ser tu favorita? — Pregunta la profesora de gimnasia.
La tuya no, por supuesto.
— Pues, no lo tengo claro, como soy nueva y eso... — Digo pensante.— Pero sin dudas la que mas llama mi atención es la materia del profesor Winston.—Digo sin tapujos, sincera.
Me mira y sonríe.— Lo que yo creo es que usted señorita Winchester es mi mejor alumna hasta ahora.—Dice.
Oh, claro que lo soy.
Maldito engendro del demonio
De repente suena un teléfono celular, resultante de ser de Christian.
— Disculpen. — Dice para luego contestar.
Los profesores presentes asienten y siguen charlando sobre distintas cosas.
Pero yo, no puedo dejar de pensar en quien puede ser.
¿Será su esposa? Claro que lo es.
Digo, es su esposa, porque no lo llamaría.
Ahg, celos estúpidos.
Salgo del salón y me dirijo al baño de damas, me lavo el rostro y me miro al espejo.
¿Que ve la gente en mi?
Es una pregunta que jamas comprenderé.
— ¿E? — Preguntan detrás de mi. Christian.— ¿Que sucede?
— Nada — Miento, pero él lo sabe.
— ¿Qué pasa? eres preciosa, más que ninguna otra persona. — Dice mirándome con cariño. — no pienses que no porque eres perfecta, Emma.
ESTÁS LEYENDO
Amándonos en silencio. (Tom Hiddleston)
RomanceQuien diría que a mis dieciocho años estaría involucrada con mi bello profesor. El hombre que me ha robado el corazón desde la primera vez que lo vi. Christian Winston. Para la suerte de este hombre los Winston eran la pareja más adinerada del paí...