10. Chicos...

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¿Es normal querer matar a tu mejor amiga para que pare de hablar de un chico?

¿No?

Okey, supongo que esta no es ese tipo de historia, pff.

— Y tenias que ver la manera en que se movía Francia, ¡Dios! — exclamó llena de emoción a mitad del pasillo de la escuela, atrayendo así algunas miradas curiosas. — Ya sabes lo que dicen de los chicos que bailan bien, ¿No? — me pregunto con picardía mientras sus cejas subían y bajaban, solté una risita.

— No lo sé, pero con esa mirada que me das ya me lo puedo imaginar.

— Es que en serio, es tan lindo. — suspiro. — y también sexy. — otra vez aquella sonrisa pícara en su rostro.

— Tú no tienes remedio. — negué con mi cabeza, divertida.

— Cambiando de tema...

— ¡Al fin! — suspire aliviada. — Sabes que disfruto escucharte pero saber de los movimientos de Leo no me interesa en lo más mínimo. — solté una risita y mi amiga me pellizcó. — ¡Auch!

— Eres una mala. — Hizo un puchero y luego se puso seria. — Como sea, ¿Qué paso con Daniel? Esta mañana te esquivo. — aparte la mirada, incomoda.

— Me beso. — susurre, Ninoska se inclino hacia mí.

— ¿Qué? No te escuche.

— Me beso. — repetí aun más bajo.

— Francia, habla más alto, no te escucho. — dijo cruzada de brazos.

— ¡Que me beso! — le grite, todos a nuestro alrededor voltearon a vernos y mientras que mi cara se ponía como un tomate, la boca de Ninoska se abrió llena de asombro y sus ojos estaban tan abiertos que parecían a punto de salirse.

— ¡QUÉ, QUÉ, QUÉ! — exclamo exageradamente, mire nerviosamente a mi alrededor y aun todos los estudiantes que estaban en ese pasillo nos observaban, quería morirme. — Vamos. — dijo al percatarse de que no teníamos privacidad.

Me arrastro por todo el pasillo hasta que finalmente salimos al área de estacionamiento de la escuela, estaba totalmente vacío.

— Explícate. — Ninoska estaba cruzada de brazos y yo tome aire para comenzar a hablar.

— Resulta que Daniel tomo demasiado y me confesó sus sentimientos hacia mí, lo tome por un juego de esos que él siempre hace pero esta vez me beso. — dije todo tan rápido que Ninoska tardo un momento en procesar todo.

— ¿En serio Daniel gusta de ti? — pregunto aun confundida.

— Así parece. — le conteste afligida. — Nunca me imagine que algo así me pasaría a mí. — resople.

— A mi no me sorprende que alguien se haya fijado en ti. — me dijo sonriente. — ¡Eres Francia! — soltó una leve risita. — Lo que si me sorprende es que haya sido Daniel, quiero decir, sabes que siempre detallo mucho a las personas y Daniel nunca dio indicios de que sintiera algo por ti. — se puso en pose pensativa. — Tal vez era un coqueto con todas para disimular. — se encogió de hombros. — como sea, ¿Qué le dijiste? — levante una ceja.

— ¿Tú qué crees? Le dije que había sido un error.

— Auch, eso duele. — La mire preocupada.

— ¿Debería disculparme?

— Francia, no es tu culpa. Simplemente no te lo esperabas.

— ¿Qué hubieras hecho tú? — le pregunte insegura.

¿En serio te llamas Francia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora