Había 2 personas en lo que sería un sótano sucio, desagradable, húmedo y terrorífico.
-¿Por qué las personas son tan… desagradables?- Dijo el delgado y joven maniaco sentado al fondo de la habitación
-No lo sé- Dijo su victima, la cual estaba atada a una maquina indescriptible que a simple vista parecía que sería su tumb
a, y que le dejaba sin tocar el suelo.
Honestamente es tan difícil preocuparse verdaderamente por muchas cosas sin primero conocer las respuestas a algunas de las más fundamentales y delirantes preguntas! …¿Cómo puede ser posible respetar la existencia de algo, las personas en este caso, cuando ese algo parece desafiar ese respeto? Hacen cosas tan triviales y encuentran diversión incluso hasta los “llamados” maduros en el incesante maltrato a su propia especie.- El maniaco se levantaba y decía todo con una extraña fuerza y convicción a sus palabras.
Su victima le respondió:
-Esa es una declaración muy general, no todas las personas son de la manera en que las describes
El maniaco escucho atentamente, y respondió:
-Hmm… sí, pero ten en cuenta; es posible que yo esté bastante horriblemente loco, eso es una mierda, TÚ sabes. La vieja cosa sobre la persona loca quien nunca sabe que está loca podría ser solo un imperceptible cambio de las realidades aceptadas.- El maniaco se acercaba a su victima atrapada, y agrego- Todo es muy interesante.
Su victima le respondió:
-Sí… sí eso es. Pero no supongo que TÚ en tu actual realidad me dejaría ir ¿Verdad?
El maniaco se había acercado lo suficiente, solo para responder a su victima:
-No. Creo que no
La victima se desilusiono y dijo:
-Ya veo, bueno ¿Podrías al menos aflojar un poco estas cuerdas? Lastiman un poco, son muy dolorosas.
El maniaco sonrió con una sonrisa extraña y una mueca, y dijo con una extraña fuerza y convicción:
-Piensa que esa “sensación” como una seguridad de que aún no estás muerto ¡Lo que estas sintiendo es la vida! Odiaría disminuirla para ti, lo llevare de un extremo a otro, nunca te privaré de esto; TÚ conciencia del final.
Su victima respondió:
-Es muy amable de tu parte… ¿Podrías decirme que fue exactamente eso que te hice? ¿O que dije? Es decir, hasta que desperté aquí nunca te había visto, es una de esas inoportunas preguntas que se hace una persona antes de ser arrancado por… ummm… lo que sea esta cosa.-Refiriéndose a la maquina.
El maniaco hizo una mueca pensativa, y la tenía mientras decía:
-Mmm… ¿Qué hiciste? Tú sabes… realmente no puedo decirlo. Nada, creo.- Pero al instante cambio su mueca, y volvió a hablar- Pero tú eres una persona, y con eso me es suficiente, mis días son menos agradables por las personas. TÚ serás la efigie que quemaré. Infundido con todas las características que los hace pequeños duendes detestables… en realidad no te quemaré, aunque; cortado en tiras es más exacto.
La victima respondió:
-Pero TÚ eres una persona ¿Por qué no te matas a ti mismo?
El maniaco hizo una mueca que denotaba cansancio:
-Créeme, sé que es odiarse así mismo… pero ¿Matarme? Eso estropearía mi búsqueda de respuestas. No es nada productivo, además se ha vuelto cada vez más dudoso si puedo o no morir… pero no hablemos de eso.
La victima esta desconcertada, pero igual respondió:
-Okayyy… ¿Qué si no soy como aquellas personas duende? Tú solo me escogiste al azar, cuando TÚ podrías haber tomado alguien que se lo merecía más… podrías haber escogido uno de esos artistas callejeros quienes imitan robots y hacen ese irritante silbido.
El maniaco volvió a hacer una mueca, en esta demostraba una sensación de ser comprendido, y de cierto arrepentimiento:
-Pensé eso… pero no estaba de humor para buscar uno… solo quería regresar a casa, probablemente podría haberlo hecho mejor, ya que TÚ pareces ser una buena persona… lo siento.
La victima se sentía un poco más relajada:
-Gracias. Eso fue muy amable… por cierto, mi nombre es Edgar. Edgar Vargas.
El maniaco, en una reverencia dijo:
-Encantado en conocerte Edgar. Soy Johnny C. pero viendo que como compartimos íntimos momentos, puedes llamarme “NNY”.
La victima se sentía bastante bien, se podría decir que era una especie del síndrome de Estocolmo a la inversa:
-OK. Bien… entonces esto quiere decir que… ¿Me puedo ir ahora? Porque no quiero ofender… aunque me gustaría irme.
El maniaco hizo una mueca, un gesto teatral de total arrepentimiento y disculpa, y dijo:
-Oh…oh… no… todavía voy a matarte, aunque creo que eres mi mejor amigo en esta habitación… actualmente, las fatales circunstancias requieren que termine con tu vida, no tengo tiempo para encontrar a nadie más… y realmente necesito más sangre.
La victima se acojono… y se fijo que abajo suyo estaba un desagüe:
- ¡¿Sangre?! ¿TÚ necesitas mi sangre?
El maniaco se sentó debajo de el, cerca del desagüe, y le dijo con su voz extraña pero firme:
-No la tuya, específicamente… pero sí necesito algo de sangre. No para mi, no; no estoy interesado en ningún fluido corporal en particular…-Y ahora, el maniaco levanto la cabeza, una mirada muy seria, una mirada con convicción-Hay una pared en una habitación de los niveles superiores. Ahora mismo estás en el subterráneo; encontré estos pisos inferiores cuando vine aquí, así como otros artefactos como en el que estas. De todos modos, si no mantengo “pintada” la pared, se pone débil, y algo desde el otro lado empieza a empujarla… y no es mucha mi curiosidad para averiguar que “cosa” es… así como ves, no puedo esperar más.
La victima, respondió:
-Te lo pido una vez más. Por favor “reconsidéralo”. Puedes dejarme ir y yo…
El maniaco le interrumpió con un grito, junto con su cuerpo moviéndose violentamente, y sus manos agarrándose a su cabeza:
- ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡Detente! ¡¡Solo cállate!! ¡No tengo elección! ¡¡Guarda tu ruido para después!!
La victima, al fin se había dado cuenta de su situación:
-Ya veo.
El maniaco, se sentí furioso:
-¡Sabes, no estás exactamente reaccionando de la manera que esperaría de una persona en tu situación! La muerte usualmente tiene un impacto mucho más profundo en las personas ¡Donde está tu miedo!
La victima hablo con severidad por primera vez:
-Preferiría no morir, pero parece que no tengo mucho que decir sobre el asunto… pero no soy como TÚ. No estoy nublado, no tengo familia, no tengo amigos. En realidad; nada. Pero tengo fe; TÚ sabes, Dios y todo eso, el cielo para mí y el infierno para ti, así que se joda el miedo.- Y para dar crédito a sus propias palabras, levanto la cabeza, enseñando la barbilla y agrego- No tengo miedo.
El maniaco observo aquel discurso como si observara una obra de arte abstracta, no daba crédito a lo que veía y escuchaba. Pero cambio su semblante pensativo, a uno de envidia nefasta y horrenda, y mientras acercaba su mano a una palanca dijo:
-Envidio tu convicción.
El ultimo ruido que escucho la victima fue un “Klik”, y después su cuerpo se convirtió en una masa sanguinolenta que chorreaba a borbotones sangre hacia el desagüe, mientras la maquina funcionaba con su aparatoso ruido “kkchnnk”
El maniaco vio todo lo acontecido con mirada seria… después bajo la cabeza, cruzo sus manos y adopto cierta postura de alguien presente a un funeral. Hecho esto, se volteo y se dirigió hacia la puerta de salida mientras decía.
-Bueno… eso no me sirvió de nada.