Capítulo 2

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Narra Juan.

- Amor... Despierta...

Abrí mis ojos. Anabella me sonrió y me besó la mejilla. Sonreí, acariciando su cintura.

- Buen día Nena...

- Buenos días... Tengo el desayuno listo. ¿Vamos?

Me senté en la cama, refregando mis ojos.

- Mmm... ¿Es mucho?

- De todo. Tostadas, café, té, algo de fruta y panqueques... ¿Por? ¿Quieres que lo traiga?

- Me gustaría. Pero no, me levanto. Tengo trabajo.

Bostece y estiré mi cuerpo, haciendo sonar algunos huesos.

- ¿Es necesario que vayas? Te notas muy cansado. Tomate el día para descansar y desconectarte un poco de esa empresa.

Suspire. 

- Hay muchas juntas importantes que ya pospuse por demasiado tiempo. Tengo muchísimo trabajo atrasado.

Anabella bufo molesta.

- Bien.

Se levantó de la cama y se fue.
Me levante y fui a la cocina. Me ducharia después de desayunar, asi ya me voy.

- ¿Por qué te molestaste?

Bese su cuello y la abracé por la cintura.

- Porque al final siempre estas ocupado. Ya no tienes casi tiempo para mi, y esto no pasa sólo por el sexo. -Se volteó- Te la pasas trabajando, vives estresado y hablando de tu trabajo. Quisiera que te desconectes un poco y estés junto a mi, pero noto que es políticamente imposible.

Me empujó y se fue hacia la mesa.

- No digas que no tengo razón, porque es así.

Me senté delante de ella.

- Vamos a hacer algo... -Me miró- Hoy vamos a salir... Y veré si puedo tomarme un descanso...

- ¿Y donde piensas ir?

- No se. Pero quiero que te vistas linda, y ya sabes que tipo de ropa interior llevar.

Se sonrojó y se sirvió unos panqueques. Imité su acción.

- Amm... Okey.

Mordió su labio. Sonreí y seguí desayunando.

- Lo siento...

- Ya no molesta tanto... Pero no quiero que vuelvas a hacer eso todo el tiempo.

- Okey...

Terminé mi desayuno y fui a bañarme.
Al terminar, me puse mi traje, me peine y bajé. Ya con mi maletín y celular en mis manos.

- Adiós Nena. Recuerda lo que dije.

Le di un beso.

- Adiós Juancho. Ten un buen día.

Juancho... Sonaba bonito proveniente de sus labios.

- Eso espero -Sonreí- Nos vemos esta noche.

Me dio otro beso y me fui.

Narra Anabella.

- ¿Que pasa?

- Nada... Solo... Pienso.

- ¿En?

Sonrió malicioso.

- En que quiero facilitar el trabajo...

Subi una ceja.

- Quitate las bragas.

Abrí mis ojos de par en par.

- ¿Qué? Estas loco.

Sonrió.

- Vamos, quitatelas y damelas. Apuesto a que están húmedas.

Me sonroje.

- ¿Como demonios piensas que hare eso? Y mas en público.

- Mete tus manos por debajo de ese negro vestido, y bajalas normalmente. Haz como si levantaras algo del suelo.

- ¿Y que hago cuando me las saco?

- Me las pasas por debajo de la mesa. Hazlo.

Me fije que nadie estuviera viendo y metí las manos por debajo del vestido. Llegue al borde de mis bragas y comencé a bajarlas, Todo esto sin dejar de verlo a él. Es una locura.

Termine de bajarlas y las saqué despacio. Sonreí apenada y las pasé por debajo del mantel de la mesa. Él sonrió mas y tomo agua.

- Tenia razón.

Metió su mano al bolsillo, guardando mis bragas.

- Eres un...

- Me ayuda a bajar el estrés.

Sonrió.

Seguimos comiendo. Me sentía molesta por no tener mi ropa interior. El vestido estaba hecho para que no lleve sostén, y Ahora sin bragas estaba malditamente incomoda.

- Al final me tomaré un tiempo de la empresa... Un socio mío se encargara.

Sonreí.

- Genial. ¿Cuanto tiempo?

- No se... Unas dos o tres semanas... Quizás un mes. Quiero viajar, relajarme un poco. Estar con mi familia, contigo... Y además seguir pensando las cosas de la boda.

- Dije que eso puede esperar.

- Si no lo hago ahora, no lo hare mas.

Juan pidió la cuenta.

- Quiero que pruebes un vestido... Quiero verte ya con un vestido blanco.

Sonrió y pago la cuenta. Nos levantamos y salimos del local.
El frío recorrió mi cuerpo, apenas cubierto por un vestido. Lo miré mal, él rió y abrió el auto. Subí y suspire.

- Ya entraras en calor.

Guiño un ojo. Reí.

- Te odio.

- Se que me a.. Amas.

Sacudió su cabeza. Reí nuevamente y bese sus rosados labios. Su lengua recorrió mi boca, y la mía la suya. Acaricie su mejilla, y finalmente mordí su labio.

- Si, te amo. ¿Esta claro ya o no?

- Mas clarito que el agua.

Me besó de nuevo y nos fuimos.

50 Sombras LiberadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora