Estaba congelada, no podía ni apartar los ojos de aquella profunda oscuridad que representaban los de Demmon ¿acaso había escuchado bien? El macho que estaba sobre ella y con el que había estado soñando por años, por fin había aceptado el trato que ella le había ofrecido. ¡Estaba feliz!, pero...
Viajo su mirada a la herida que había en el hombro del macho, estaba sangrando y la respiración era acelerada, además de que estaba sudando como si tuviera fiebre. Volvió la mirada a la de Demmon, él se encontraba sonriendo de lado de una forma tan calmada que por un momento pensó dejar de lado lo que estaba apuntó de decir.
— Debes ir al centro médico, Demmon, esa herida se ve muy mal.
Él negó con la cabeza, cerró los ojos y se quedó ahí, sin hacer más, pero ella no. Llevó las manos al abdomen de Demmon, cuando él se lanzó contra ella salvándola del francotirador había escuchado un hueso romperse y estaba dispuesta a encontrarlo. La punta de los dedos tocó la caliente piel y sintió como una descarga eléctrica por todo el cuerpo, incluso Demmon gruño.
Presionó ligeramente en diferentes áreas, queriendo encontrar aquel hueso, pero los músculos de Demmon al tensarse y expandirse le estaba haciendo la tarea muy difícil.
El macho maldijo en voz baja, se alejó de ella hasta salir de la cama y ella le vio nerviosa; estaba recorriendo la habitación como un animal enjaulado y la respiración parecía más agitada que con anterioridad. Entonces se detuvo y ella se cubrió la boca para no gritar: Demmon se estaba introduciendo dos dedos a la herida de bala, provocando más sangrado.
— ¡Demmon, para! – se levantó de la cama, poniendo los pies a penas en el suelo. – Te vas a desangrar, detente.
— Quieta ahí, Ángel. – la profunda voz de la pantera le hizo frenarse, él nunca le hablaba así, no a menos que ella iniciara la pelea. – Vuelve a la cama. – le ordenó el voraz.
— No. – alzo la barbilla. – Debes ir al centro médico, no puedes seguir así...
— ¡A la cama! – se lanzó contra ella, subiéndola a la cama y colocándose justo arriba, sus miradas encontrándose en una ardiente pelea. – Quiero calmarme antes de si quiera tocarte, creo que me han drogado o no lo sé, pero quiero hacer esto bien para ti ¿entiendes? – ella asintió, soltando un suspiro.
— ¿Y cómo es que vamos...?
— Hay un juego: verdad o reto. Yo te pregunto "verdad o reto" y tú eliges uno, si eliges verdad: yo te preguntaré algo y debes responder con la verdad, nada de mentiras o cosas incompletas; si eliges reto: te ordenaré hacer algo y deberás hacerlo sin renegar ni poner pero.
— Suena fácil, pero no entiendo por qué vamos a jugar esto.
— Quiero que me conozcas, quiero que estés segura y, más que nada, que esto no se vuelva un feo recuerdo.
— No lo hará.
— Bien. – la sonrisa que le dedico la dejo boba, vaya que Demmon era alguien atractivo. – Ahora, ¿verdad o reto, Ángel?
Abrió la boca para responder, pero se quedó muda. ¿Qué ocurriría si respondía verdad? Demmon le haría una pregunta sobre el pasado y ella no quería volver ahí, ella era feliz en ese momento no quería arruinarlo.
Respiro hondo y soltó un suspiro.
— Elijo reto. – susurro la respuesta, observo atenta como la mirada del voraz brillaba en curiosidad y se dio cuenta de su error.
— Muéstrame la cicatriz que más te duela.
Maldición... Desvió la mirada de la de Demmon, no quería jugar más aquello, ¿cómo se la iba a pasar bien si iban a estar saliendo cosas del pasado? Eso no quería ella. No quería mostrar algo que aborrecía y con algo con lo que iba a tener que vivir toda la vida, pero aun así se encontró desbotonando la blusa que poseía, mostrando aquella cicatriz, localizada sobre su pecho izquierdo.
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Demmon (Nuevas Especies 6)
Fanfiction"Un demonio es aquel Ángel que entregó su corazón y frente a sus ojos este fue herido" Demmon, hijo de Gabriel y Alegría, es uno de los mejores peleadores de la Comunidad, ha ayudado a muchos machos rescatados adaptarse a su nuevo mundo, es por ello...