Demmon (Nuevas Especies 6)

Vacía por desobedecer

Su risa se mezcló con la de su zorrita, mientras se peleaban por la última cereza del frasco. Ambos se encontraban en la camilla donde todo había iniciado, pronto haría que se la llevarán a su casa sólo por el capricho de tenerla.

Lucy, le sujeto de la bata de doctor, llevándolo junto con ella cuando se dejó caer en la camilla y él uso sus brazos para no dejarse caer sobre ella, ese vientre abultado era lo que más cuidaban en ese momento. Ella le sonrió traviesa, acaricio sus mejillas con una mano mientras con la otra le ofrecía la cereza, él acepto, pero no se la comió.

La sujetó con los dientes, se inclinó y compartió la pequeña fruta con su compañera de vida, adorando el sonido que ella le dedico. Lucy le rodeo la cadera con las piernas, apretándolo contra ella y eso pudo haber desatado la lujuria y la pasión, pero alguien llamo a la puerta.

— ¡Demonios! ¡¿Desde cuándo el hospital es para estás cosas?! – la voz de Salvation, más bien el grito, le hizo gruñir. – Le diré a Gian.

— ¿Por qué? – ¿También Noble estaba ahí?

— Porque ella dijo que debíamos ser más dinámicos.

— ¿Probar cosas nuevas?

— Exacto, pienso hacerle caso.

— Forest, si no te importa, debemos irnos ya. – volteó hacia la puerta, Caleb estaba enfrente de Noble y Salvation, era extraño ver al hijo de Justice. – Ángel y Demmon están en peligro.

Entonces los tres se fueron, él se quedó un momento más ahí antes de besar a su compañera y reunirse con sus colegas. Había escuchado sobre el franco tirador, que había sido Demmon el que resulto herido, suponía que lo de "Ángel y Demmon están en peligro" sólo se referían a que el hermano mayor de Erendi había perdido mucha sangre.

Al llegar a la casa de la pantera y la primate, el olor de sangre le invadió la nariz, era demasiado. Subieron las escaleras corriendo, para después entrar a la primera habitación. Los cuatro se quedaron quietos.

Demmon estaba de un lado del cuarto, desnudo y con el brazo izquierdo cubierto de sangre, el cuerpo repleto de sudor y los veía como si fueran sus enemigos. Del otro lado estaba Ángel, cubierta por una sabana y viendo con preocupación a su compañero. Tal vez el sexo se había pasado un poco de la raya.

— No me deja moverme. – susurró Ángel, cubriéndose un poco más con la sabana.

— De acuerdo, tranquila. – Caleb se intentó acercar a Ángel, pero Demmon gruño. – Parece que tampoco quiere que vayamos hacía a ti.

— ¿Qué hacemos entonces? – preguntó Salvation, los hombros del canino tensos ¿esperando una pelea?

— Bueno, somos cuatro, tres contra él y uno protege a Ángel. – Caleb se volvió hacía ellos, sonrió de lado. – Piedra, papel o tijera; el primero en salir protege a Ángel y el segundo debe noquear a Demmon con un solo golpe, los otros dos lo sostienen.

Los cuatro eran mayores, tres con parejas y futuros padres, uno solitario y frio como el polo norte,, pero aun así se pusieron a jugar piedra, papel o tijera, él en verdad quería ganar el segundo lugar.

Aún podía recordar la pelea que Demmon y él habían tenido, la forma en que el macho se había contenido al final y la burla que todos le hicieron, pero tenía claro que Noble también quería quitarle unos cuantos dientes al hermano de Erendi y que Salvation necesitaba soltar puños sólo por aquel pequeño enfrentamiento que habían tenido en la comunidad.

¿Caleb tendría razones para golpear a Demmon?

El primero en salir fue Salvation, quien sólo se encogió de hombros riendo bajo y el segundo en perder, o ganar, fue Noble. Maldito suertudo.