Querido no tan querido mentiroso:
Ya no tengo novio.
Nunca pude entregarme a él, y ese fue un gran problema.
No me importa, él entonces realmente no me amaba. Solo quería mi cuerpo.
¿Recuerdas toda la paciencia que tuviste conmigo?
Jamás me nombrabas aquello.
Me respetabas.
Yo fui la que prácticamente te obligó a caer en mis redes.
Gracias.
Porque al menos me enseñaste que vale más mi alma que mi cuerpo.
Tal vez mentiste en eso.
Pero es algo que creeré siempre de ti, me cuidabas y respetabas.
PD: creeme porque yo siempre digo la verdad.