Querido no tan querido mentiroso:
Te envíe mis cartas y nunca respondiste ni una.
Tal vez tu esposa las recibió y las desechó. Tal vez no tuviste tiempo de leerlas, tal vez no me creíste.
Es un día extraño para nuestra despedida definitiva.
Hoy me casaré, dentro de unas horas.
Hace un año me gradué de lo que tanto desee: psicóloga.
¿Lo recuerdas? Siempre me decías que serias mi primer paciente. Te estuve esperando pero nunca llegaste y ahora esa oferta se termina hoy.
Tu pequeño debe tener exactamente seis años y dos meses.
O eso dicen mis cálculos.
Gracias por todo Fabrizio.
Siempre te amé. Nunca te mentí. Nunca sabré si tu lo hiciste.
Pero sé que la persona a la que hoy entregaré mi vida si lo hace.
En todo este tiempo no te volví a ver, no supe nada de ti.
Pero siempre te tuve presente, hace bastante no te escribía una carta, hasta hoy, la última para ser exactos.
Besos, tu querida Beth se despide.
PD: creeme porque yo siempre digo la verdad.