Querido no tan querido mentiroso:
Luego de ese encuentro comencé a pensar más en ti, de nuevo.
Imaginé cómo si fuera yo la que estuviese embarazada.
Si tu fueras mi futuro esposo.
Si me tomaras de la mano y fuéramos felices.
Imaginé tanto que no entraba en la realidad.
Luego volviste a mi mente.
Esta vez no fue una ilusión te miré con un bebé en tus brazos y con tu novia a tu lado.
Y lloré, por minutos que se convirtieron en horas.
No sé si me amaste, no sé si me usaste. Lo único que puedo saber es que en tu mirada me hablaste.
PD: creeme porque yo siempre digo la verdad.