Capítulo 2

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Madeleine y Adelaida se quedaron en silencio, sabía que no era de esperarse de que aquel hombre iba a salir victorioso.

—¡Todo esto fue tu culpa! — Reacciona Adelaida.— ¿Ahora cómo pagamos los 100 euros?

— L-lo siento, todo estaba saliéndose de control... ¡No había otra solución! — Contesta nerviosa

— ¡Lo que eres es una idiota! ¿No pudiste pensar mejor? — Gritá Adelaida

— ¡Tu no tenías otra solución! ¡Yo al menos hice que ese tipo se fuera! — Señala con su dedo índice hacia la puerta.

— ¿Y? ¡Igual tenemos que pagarle!

Madeleine con furia abre la puerta y sale de la habitación con un portazo. No quería seguir discutiendo, ya no había vuelta atrás. Era pagarle o pagarle.

— ¡Vete cobarde! — reclama Adelaida quedándose sola en la habitación.

Bianca todavía seguía ahí por supuesto, quería saber ¿Por qué razón había contratado a un hombre? ¿Y por qué tanta suma de dinero? Saliendo de su escondite — obviamente se ocultaba en la esquina del pasillo —, caminó más rápido para alejarse del lugar, ya cerca de su habitación una voz le interrumpe. Ella conocía la voz, era Amanda; Una de las chica inteligente de la universidad. Las dos se caían bien, había ganado la confianza de Bianca. Su cara estaba pálida y sus ojos estaban cristalizados, parece haber visto un fantasma por los pasillos «¡Oh, cierto! El cadáver...» Sintiéndose estúpida, saluda a su amiga con tranquilidad, ella responde el gesto y va directo al grano.

— Bianca, algo no está bién...

— ¿Que no está bién?

— Sofía, no la he visto hace 2 días— dice preocupada, pues era su compañera de cuarto.— .Yo creo que ella es...

— Detente ahí Amanda— Interrumpe Bianca, ya sabía dónde iba todo esto. Pero tenía que darle esperanza a ella.—, ¿cómo puedes creer en eso? Tú que sabe si está enferma y fue al hospital o...

— No Bianca, ella me hubiera avisado en su móvil.

— ¿La llamaste?

— Fue lo primero que hice ayer. Pero no contesta.

— Bueno, ¿cuando fue la última conversación que tuviste con ella?

— El miércoles. Me dijo que saldría para una fiesta, pero no me aviso con quién.

— Ok...Que tal si vas a la oficina del director y preguntas por las cámar...

— Bianca.— Mira hacia el piso.— Ya lo hice..., y... E-es ella...

EL SÍMBOLODonde viven las historias. Descúbrelo ahora