Symptoms ||Louis Tomlinson|| TERMINADO

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– oh ¿y porque te mudaste?

– Pues por curiosidad y quería tener más oportunidades al estudiar y también por el trabajo y bueno heme aquí.

–mmm... ya.

– ¿y tú no vives en casa de tu prima?

– No, de hecho no soy de aquí.

– Ah no ¿y de dónde eres? –dije pensando en que tal vez cuando acabará el verano podía ir a verla y seguir en contacto.

– Soy de Los Ángeles, California. –y ahí terminaron mis ilusiones, ella vive del otro lado del mundo y yo no puedo hacer nada.

– Oh... un poco lejos. –dije decepcionado.

–Si... y bueno mis padres trabajan en la empresa de la revista "Prestige", tengo 20 años y tocó el piano y la guitarra acústica... oh si no tengo hermanos y decidí venir aquí con mi prima porque quería cambiar de aires y pasar tiempo con Donika, ya que hace mucho que no la veía y bueno realmente me ha gustado Londres. –terminó con una sonrisa.

–Oh y ¿no hay manera de que te puedas quedar Melody? –Tenía que preguntar eso, quería saber si había posibilidades de poder tener una relación con ella... ¡No! Espera... ¿qué rayos acabo de pensar?

<Pues lo que deseas de ella> respondió mi mente.

<hay por favor, claro que no... Es linda pero no> respondí yo a mi mente.

<Mira Louis yo he vivido contigo desde que descubriste existían las mujeres>

< ¿así?>

<Y jamás has tenido estos tipos de pensamiento sobre alguna chica,  créeme que lo sé, sé cada cosa que pasa por tu cabezota y –de alguna manera mi mente se estremeció– por favor ya no pienses más.>

<hay por favor mente de mí, no es para tanto.>

<eso dices tú, porque no estás aquí>

<como sea>

<Y ¿Qué es eso de "mi mente de mi"?... por Dios créame un nombre más original ¿quieres?>

<es original... dime tu ¿alguien más va a decir eso?>

<No, porque es estúpido>

<como quieras>

Y di por terminada mi tonta conversación con mi mente.

–Ammm... Louis ¿estás bien? –dijo mirándome raro.

–Si, estoy bien ¿porque?

– Empezaste a hacer caras raras y bueno creo tampoco me oíste.

–Oh si lo siento, yo... estaba pensando. ¿Y qué me decías?

– Contestando a tu pregunta que me habías hecho antes y es que tal vez si hay forma de que me quedé.

– ¿de verdad? –dije esperanzado.

– Aja, mis padres dijeron que si me gusta cada lugar de Londres, el clima, las personas, consigo buenas amistades y me sé comportar mientras estoy fuera, me podría quedar. –me dijo sonriendo y eso me dio la esperanza de que tal vez pueda quedarse a vivir aquí para siempre.

–Ok... –dije con voz queda. – y ¿qué te parece Londres?

–Hasta ahora me parece bien y me gusta, pero no para quedarme.

Y eso hizo un extraño efecto en mí, sentí que mi respiración se cortaba y me costaba hablar, también mi corazón me dolió por alguna razón.

Decidí ignorar esos síntomas y seguí comiendo, así que Melody dio por terminada la conversación y terminamos de comer.

Pague lo que gastamos en comida y salimos del lugar, Mel iba directo al auto pero la detuve.

–Hey espera. –dije tomándola del brazo. –antes de irte a tu casa ¿te gustaría caminar conmigo? –ella me sonrió y asintió, solté su brazo y comenzamos a caminar.

– ¿Has visitado antes Londres?

–No, no había tenido oportunidad de venir antes. –me respondió Melody.

– Ok... te llevaré a conocer varios lugares importantes y turísticos de Londres, espero te gusten. –Se me ocurrió esa idea hace unos segundos para poder pasar mucho más tiempo con ella y descubrir que es lo que siento.

– Estoy segura me gustarán... pero ¿ahora?

–No ahora no, pero si en otros días. –Le dije sonriendo.

Seguimos caminando hacia ese lugar al que la quería llevar, que era "La Noria de Londres", lo bueno era que el restaurante a donde habíamos ido a cenar estaba cerca de la noria, así que cuando llegamos ella se sorprendió al estar en "London Eye".

– ¡Wooo! Es asombroso. –dijo mirando con admiración el lugar. – Siempre había querido venir desde pequeña. –me dijo sonriendo.

– Entonces hice bien en traerte aquí. –dije orgulloso. – pero bueno dejemos de verlo desde afuera y entremos.

– Pero tenemos que formarnos. –dijo un poco triste al ver la larga fila de personas que había para subir a la noria.

– Claro que no, ya tengo los boletos. –se los mostré y ella me miro con una sonrisa hermosa.

Tomó los boletos y mi mano, para después echarse a correr y jalándome con ella para subir a dicha cosa.

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