III

478 61 14
                                    


El cuarto estaba completamente en oscuridad, no se podía ver nada, solo se escuchaban pequeños sonidos producidos por el movimiento desesperado de Edgar por mover las manos y zafarse de aquellas cadenas, acompañado de jadeos por cansancio y gemidos bajos de dolor.

Al cuarto entró un hombre el cual Edgar no podía reconocer, era el jefe de aquella maligna organización que lo había secuestrado. Apenas entró y encendió el foco para poder observar con mayor claridad a su prisionero; le rodeó varias veces, observando con detenimiento cada pequeño detalle de su esbelto cuerpo y soltando risitas de vez en cuando.

-¿Q-quién... es usted?- preguntó con mucho miedo Edgar, ya era suficiente con que lo hayan secuestrado-¿Q-qué hago yo aquí?

-No puedo decirte mi identidad... pero si el que haces tú aquí... ¿Conoces a un tipo llamado Edogawa Ranpo?- El hombres sonrió atrozmente

-... S-sí, conozco a Edogawa Ranpo...

-Pues bien, por esa misma razón te he traído aquí... necesito que me ayudes a saber cómo poder vencerle, eres su amigo ¿no es así?

-Se... equivoca... señor...- La sonrisa del hombre se borró en ese mismo instante, se acercó lo más que pudo a Edgar y le lanzó un fuerte golpe en las costillas, haciendo que el otro casi grite. Pronto, llamo a dos de sus hombres, los que acudieron de inmediato al llamado de su jefe.

-¿Qué es lo que necesita, jefe?- Dijo uno de ellos

-Despójenlo de todas sus ropas, déjenlo solo en ropa interior- Aquellos hombres de inmediato obedecieron la orden, se acercaron peligrosamente hacia donde Poe estaba colgado; él otro solo podía pedir que se alejaran mientras se retorcía, lastimándose aún más las muñecas, pero todo fue en vano. Lo dejaron solo en ropa interior, como les habían ordenado.

-Bien, bien, traigan la pistola de toques je je, hoy podre divertirme- uno de los dos hombres le entrego la pistola en la mano y el jefe con lentitud se acercó hacia Allan nuevamente; posó aquel aparato en la desnuda pierna de su víctima y la encendió, haciendo que Allan gritara y se retorciera del dolor, y otra vez, y otra vez, y así por alrededor de tres minutos; el dolor fue insoportable y pequeñas marcas se veían a lo largo de la pierna de Edgar.

-¿Por... por qué hace esto? Yo no he hecho nada en...

-¿Tú no eres amigo de Ranpo Edogawa?

-N-no... yo soy... su ri-rival

-¡Mientes! Mira yo, quiero saber cómo derrotarlo, él ha hecho... cosas malas en el pasado...

-Yo también quisiera derrotarlo pero... ¡Es imposible!-El hombre le dio otro golpe a Edgar, pero esta vez en el estómago, dejándolo sin aire-Ah, ugh...

-¡Que tú no puedas derrotarlo es tu problema!, bien, si quieres que te deje libre solo dime, ¿Qué sabes sobre él? Dímelo

-Casi nada... solo que es muy inteligente, se preocupa por las personas cercanas a él; además... ¡él jamás me cuenta na!- Recibió otro golpe más

-Veo que no quieres hablar por las buenas... ¡Será por las malas entonces!

-¡Es cierto que no se nada!- El hombre por poco le iba a dar otro golpe, pero se detuvo.

-Antes tengo algo que contarte... ¿Sabes?, como dices que Ranpo se preocupa por sus amigos, le propondré algo... ¿Sabes qué es? Ah no verdad, le mandaré información sobre donde tú estás, o sea, para que nos descubra a nosotros; y él tendrá que salvarte. En términos más simples, tú serás la princesa, que el gran príncipe Ranpo tendrá que rescatar, ¡y ahí va la mejor parte!, si él no te encuentra ¡Tú morirás! Jajaja.

-¿Por qué... hace esto?- Edgar se preocupó

-Porque él ha hecho cosas malas... ¿Te lo dije, no? Para hacer las cosas más interesantes, le daré una semana a tu príncipe para encontrarte... ¿Qué será de ti si no te encuentra? ¡Jajajaja!


c puso intensa la cosa owo

-Agnieska

Save me, Ranpo-sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora