6 enero, 2017.
Enamorarse en 25 minutos y 31 segundos.
Querida Alelí:
Te amo. Es inevitable y es un hecho.
Arrugué la hoja y la boté por la ventana. Vaya problema que me metería con los vecinos de abajo.
Pero qué torpe era en esos momentos. Alelí jamás fue muy fanática de lo cursi. Di unas vueltas más y retomé la hoja y el lápiz.
Querida Alelí:
Algunos dicen que bastan meses y hasta años para enamorarse. Yo digo que sólo hace falta 25 minutos y 31 segundos. Sólo eso, increíble, ¿verdad?
Verás, los números varían según las personas. Los nuestros fueron esos, y a este punto creo que ya entiendes por qué. (Espero que no se te haya olvidado, porque definitivamente te mataría. A besos.)
De inmediato, todo empezó a cambiar y a tomar un tono azul. Incluso si cada vez que puedes me reprochas que me demoré una semana en llamarte por primera vez, y en que tú tuviste que besarme a mí primero. Yo ya estaba seguro, de que tú eras la chica con la que iba a estar, algo como "la elegida" sólo que lastimosamente sin poderes o sin una profecía qué cumplir.
Para mí, esos números que significan el día en que te vi y te conocí por primera vez, lo son todo. Tenlo por seguro que saldrá en cada jodido libro que escriba, hasta que mis lectores creen conspiraciones. Pero la única razón serás tú, y nada más que tú.
Estamos pasando por una mala racha, y tengo que confesártelo. Tengo miedo, mucho miedo.
Nunca me importó perder cosas antes de ti. (Incluso si sólo podía perder mi amada cámara o algunos de mis libros y comics favoritos) Pero ahora estoy experimentando el miedo de perderte a ti.
Tampoco puedo obligarte a quedarte conmigo, cuando no te puedo dar todo lo que quieres. Pero te prometo que si aguantas unos pocos meses más, hasta que podamos estar juntos, vendré en un helicóptero (justo como tu serie favorita) y te pediré que seas mi esposa.
Bueno, seamos sinceros. Vendré en lo que sea, por ti, y nos comprometeremos hasta que seamos un poco más mayores y terminemos nuestras carreras.
Jamás he tenido dudas de lo que siento por ti.
Por favor, por favor, piensa en todo lo que nos unió y todo lo que hemos pasado juntos. ¿No te gustaría contar una historia como esa algún día a tus hijos?
Te amo, y espero seguir escribiendo más y más,
William.
Perfecto.
Tomé unas estampillas y me dispuse a enviársela. A pesar de que lo más probable era que yo llegara primero a donde estaba Alelí, que la carta, me hacía ilusión que la tuviera en sus manos. Alelí nunca fue una romántica empedernida, pero amaba las cartas, y conservaba todas las que le habían dado desde los cinco años en un cofre, por eso siempre que podía le daba una.
Y así fue como, en un viaje de más de diez horas, para ir a ver a Alelí, no pude hacer nada más que pensar en ella. Qué lindo sería volver a sentir emoción, dejando todo atrás, por ver a alguien. Pero de nuevo, sólo supe esa clase de sentimiento por ella.
Uff.
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A través de un lente.
Teen FictionLa mayor parte de nuestras vidas, vivimos con la esperanza de encontrar aquella clase de amor con el cuál hemos crecido oyendo y viendo. Hay millones de clases de amores, podría contarles acerca de unos reales que he escuchado y otros que saldría d...