Capítulo 3

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Narra Leslie

Papá se va y miro a Zac.

– Tendremos que averiguarlo por nuestra cuenta – dice.

– Pero, ¿qué es lo que hay en el pasado de mamá que no quieren que lo sepamos? – pregunto y miro al cielo, está oscureciendo – Creo que es mejor que nos vayamos – agrego y un viento frío pasa, el mismo viento que pasó cuando aparecieron aquellas mujeres.

Volteamos temerosos a encontrarnos de nuevo y las vemos, las tres están ahí. Lentamente comenzamos a retroceder sin quitarles la vista de encima.

– Hola de nuevo – dice la de cabello negro.

– Ya tenemos los resultados – dice la de cabello café.

– ¿Re-resultados? – pregunto y nos detenemos.

– Así es, ya sabemos cuál de los dos será el que reemplace a su madre – dice la rubia.

– Antes quisiéramos tener respuestas – dice Zac.

– Me temo que lo único que le podemos decir es que estén alertas – dice la de cabello café.

– ¿Por qué dijeron que nosotros somos sus hijos? – pregunto.

– Eso lo tendrán que descubrir ustedes – vuelve a responder la de cabello café.

– Bueno, a lo que venimos – dice la rubia – El heredero al trono es Leslie – dice y pelo ojos de loca.

– ¿Yo? – pregunto impresionada y ella asiente.

– A Zac le falta el hada de agua y fuego – dice la rubia – Pero tienes que jurar proteger a tu hermana hasta la muerte.

Él me mira a los ojos y sonríe, regresa su vista a las mujeres.

– Lo juro – dice – Daré mi vida por ella si es necesario.

Los ojos de la rubia brotan un pequeño brillo y siento como mi brazo derecho, cerca del hombro, comienza a quemarse. Grito de dolor y Zac me acompaña en el grito, luego, poco a poco el dolor comienza a desaparecer y descubro mi brazo derecho, veo un símbolo muy extraño en negro, es como un copo de nieve, o al menos es lo más cercano a aparecerse, encerrado en un círculo.

– Significa protección – dice la rubia – Ahora están cien por ciento conectados – agrega y miro a Zac, tiene el mismo símbolo en el mismo lugar.

Toco con temor a que duela, pero no duele, todo lo contrario, es como si no tuviera nada.

– ¿Para qué...? – pero no termino mi pregunta al ver que las mujeres ya no están – Vámonos – digo mirando a Zac.

– Como ordene su majestad – dice haciendo una reverencia.

– Idiota – digo y él se ríe – No le vayas a decir a alguien – agrego – Aún no estoy lista, ni siquiera me he transformado en loba.

– Como quieras – dice – Después de todo se van a enterar de esto algún día.

Un rayo llama nuestra atención y dirigimos nuestra vista al cielo, cada segundo se vuelve más oscuro y el viento comienza a crecer.

– Yo no soy – decimos los dos al mismo tiempo, nos volvemos a ver a los ojos – Mamá – volvemos a decir juntos.

– ¿Quién crees que sea esta vez? – pregunta regresando la vista al cielo.

– Papá, es obvio.

Otro rayo cae, pero este es diferente, este cayó cerca de Zac haciéndonos gritar.

La Elegida: Mi destino un camino inevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora