Entre mundos (Nathara)

La selección

Apenas Nathan tuvo una visión sobre lo que le pasaría a Gabriel en cuanto llegaran a derrotar a Soul, el líder de los brujos blancos. Lo mejor y más lógico que pudo hacer Nathan fue alejarse, abrió un portal sin poner mucha atención al destino y terminó en un bosque donde un chico rubio iba pasando por ahí.
Se asustó al ver al chico que tenía por vestimenta algo parecido a un traje de la realeza.
-¿Estás bien?-preguntó curioso el chico de bellísimo cabello dorado
-S..si- Nathan se hizo para atrás temiendo que le fuera a hacer algo
-Disculpa, pero ¿Qué haces aquí y que le pasó a tu ropa?-
-Me perdí y llegué aquí
El extraño lo vio no muy convencido pero le extendió la mano para que se levantara
-Déjame ayudarte, me llamo Maxon Schreave
-Nathan Edge
-Un gusto Nathan- Maxon le sonrió encantador.
Comenzaron  a caminar en dirección a un enorme castillo color blanco con hermosos jardines y alrededor de este varios trabajadores, Nathan sólo observaba a su alrededor todo agradecido porque Maxon no le preguntara nada hasta que llegaron a una oficina no muy grande.
-Entonces ¿De dónde eres?-Maxon cerro la puerta de la oficina
-Londres
-¿Y qué casta eres?
-No se a que te refieres-Nathan se sentía incómodo pero su estómago reclamó comida y Maxon rió divertido antes de ordenar comida, una sirvienta llegó y les dejó suficiente comida como para alimentar a todo el campamento de la alianza.
-Come, no está envenenado- El príncipe comenzó a comer y Nathan igual
-¿Qué son esos tatuajes?-dijo Maxon
-Sólo lo hice por nada-Nathan se puso muy serio y nervioso
-Vale, ¿sabes pelear?-El chico vio que Nathan tenía el Fairborn sobresaliendo del cinturón
-Si, diría que bastante bien.
Ambos se quedaron en silencio después de que la sirvienta se llevara los platos sucios
-¿Puedo confiar en ti?- el príncipe pregunto
-Si
-¿En  serio? ¿O simplemente me estás dando el avión?
-Mira, ni yo confío en mi
-La verdad, es que yo no confío en los guardias del palacio,. Eres la primera persona fuera de ellos que conozco que sabe pelear y usar eso-Señalo el Fairborn
-Se supone que los guardias también saben
-Si, pero ellos le son fieles a mi padre. Yo no necesito eso si no un...-Maxon guardó silencio un poco avergonzado
-Puedo enseñarte si quieres
-Me gustaría, a cambio te ofrezco quedarte en el castillo
-De acuerdo – Nathan sonrió un poco, Maxon comenzaba a agradarle
-Ven, será mejor que te cambies, para no levantar sospechas- Maxon le dio  ropa demasiado elegante para él, un traje negro y zapatos algo incómodos ya que no habían sido estrenados.
-Es mejor que mi ropa rota-dijo Nathan aceptando la ropa-¿Dónde puedo cambiarme?
Maxon vio a una sirvienta y ella llevó a Nathan a uno de los cuartos libres del castillo, se comenzó a cambiar por la ropa que le dio Maxon y no le gustó nada, pero ya que, salió después de un rato del cuarto.
Maxon aún estaba en su oficina pero ahora un hombre parecido a él lo estaba regañando horriblemente, Nathan decidió no interrumpirlo y se quedó medio escondido. Después de que el hombre saliera de la oficina Maxon se seco rápidamente las lágrimas y comenzó a buscar entre los papeles que tenía antes bien acomodados en su escritorio.
-¿Estás bien?
-Si-respondió Maxon a la defensiva mientras en los papeles habían fotos dd muchísimas chicas.
Nathan decidió no seguir preguntando y observó los papeles de las chicas, pero apartó la vista pues no lo podía leer
Maxon los terminó de acomodar y sotó un suspiro muy fuerte.
-Lo siento Nathan... mi padre quería que viera quienes son las candidatas perfectas para la selección-explicó.
-¿Qué es eso de la selección?-preguntó confundido
-Es un concurso, se escogen a 35 chicas de todo el reino y viven aquí y se supone que tengo que casarme con una de ellas, mantiene el control en las personas y bueno... se supone que mis padres así se enamoraron
-Eso es algo...raro
-Bueno supongo que tus padres se enamoraron de otra manera ¿no?
-Si-dijo acordándose que ambos estaban muertos.