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-Ella se ira con quien quiera, tú no eres nadie para mandarla. - contesta Sean con hablaba con voz desafiante.

-No creo que ella tenga tiempo para amoríos, ella esta bien con mis padres ellos la cuidaran.-lo decía todo con furia, sus ojos oscurecieron.

-¡¡Podéis dejar de hablar por mi!!, me quedare en mi casa que es donde debo de estar. -y así los deje en el cementerio y fui caminando a casa.

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Ya estaba todo limpio, aunque recuerdo cada detalle, es muy doloroso estar aquí. Creo que es lo mejor necesito estar sola, pensar en que voy hacer. No se si seguir en el mismo instituto estoy alta de tantas humillaciones. Veré como salir de aquí.

Quiero recordar la familia que éramos, voy a la habitación de mis padres y saco los álbumes. Vi la foto de aquella vez que fuimos de vacaciones a Hawái, yo solo tenía 7 años y me acuerdo perfectamente de todos los detalles, fueron las mejores vacaciones hasta la fecha. De pequeña solía ser una niña muy traviesa, mi madre llevaba la cámara siempre encima así que hacia fotos de todas las travesuras que se me ocurrían. Mire los álbumes como unas 10 veces cada uno, no había fotos de mis abuelos, tíos, primos.....No conozco a nadie de la familia de parte de padre. Devolví los álbumes en su sitio, abrí el segundo cajón. Había dos cartas en las que ponían mi nombre, las guarde en el bolsillo de mi chaqueta. Bajé las escaleras, mi tripa rugía tenía hambre me prepare un sándwich, este silencio no es igual que el que solía haber antes, esto si es estar sola. Estaba sentada en el sofá, mirando a la nada y escuchando el silencio, el silencio fue roto por el sonido del timbre. Fui a abrir la puerta y me encontré a Isabel.

-¿Puedo pasar?-hablo Isabel, no la conteste a cambio, la deje entrar.

-Te pido perdón por parte de mi hijo, es muy impulsivo.

-No te preocupes, además he estado pensando y no quiero molestarla más. Bastante habéis hecho ya....

-No digas eso, nosotros te queremos como a una hija. Por lo menos pasa estos días con nosotros.

-No se si será buena idea.

-Venga Brook, Eduardo tiene una sorpresa para ti.

-Cojo unas cosas y nos vamos- subí a mi habitación cogí tres cambios de ropa y dos pijamas.

Ya estábamos camino a casa de Isabel, el trayecto era largo así que me da tiempo de pensar. Quiero empezar de cero, aunque no se todo es muy confuso todo esto que está pasando. Dos pérdidas son muy difíciles de superar, a veces pienso en que no tengo a nadie que me necesite aquí y me puedo ir ya de este mundo. Pero otra parte de mi es muy cobarde como para hacerlo.

-Brook ¿Entramos?-no me había dado cuenta que ya estábamos en la puerta del gran chalet. Asentí con la cabeza, cogí mis cosas y bajé.

Yo iba detrás de ella hasta que llegamos a la puerta, y me hizo pasar. Eduardo estaba sentado al lado de su hijo viendo un partido de fútbol, se les veía muy concentrados. Dylan fue el primero en darse cuenta de mi presencia, me miró y rápido a parto la mirada haciéndose el desinteresado.

-Oh!!. Hola Brooke, tenemos una pequeña sorpresa para ti.

-No hace falta, ya habéis hecho bastante por mi. - Eduardo negó con la cabeza, Dylan seguía distante en el tema. Eduardo se levantó y me dio un abrazo y dijo.

-Ven te enseño.... -le seguí escaleras arriba, recorrimos el largo pasillo hasta que llegamos a una puerta en la que ponía una B.- Está es tu habitación, la hemos decorado para ti, cuando te apetezca puedes venir aquí, es tu casa.

A Pesar De TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora