I Hate You [KookGi]

✴12✴

Jungkook

—No soy más que una bestia. —Dije acariciando el rostro de YoonGi, aunque ahora dormía tranquilamente, no podía olvidar el terror y la angustia en su mirada cuando lo ataqué.

Había perdido completamente el control y lo peor es que no tenía claro el motivo por el que lo hice. Unas cuantas horas después abrí los ojos, YoonGi no estaba a mi lado y la cama estaba fría, eso solo quería decir que él se levantó hace tiempo.

—¡Carajo! —Grité al ver que la puerta de la habitación estaba abierta, no fue necesario buscar por la casa pues con la puerta de la entrada abierta, tenía la respuesta de su paradero. —¡Namjoon!

—¿Qué pasa? —Namjoon salió de la habitación de Jin.

—¿En dónde diablos están las personas que deben cuidar la puerta?

—No lo sé, he estado junto a Jin toda la noche. ¿Qué sucede?

—YoonGi se fue, llama al médico y que se ocupe de Jin. —Namjoon me arrojó las llaves de un auto. —Llamá a nuestros contactos y ve al negocio de Byung Hee, avísame si llevan a YoonGi.

—De acuerdo, le diré a Jin lo que está pasando y saldré.

Busqué por los alrededores de la casa, detuve el auto en un par de ocasiones para gritar su nombre, pero era evidente que no iba a saltar a mis brazos en el caso de que pudiera escucharme. Después de unas horas recibí un mensaje de Namjoon diciendo que YoonGi se las había arreglado para llegar a una estación de policía y Byung Hee ya estaba en camino para llevarlo de regreso. Aceleré sin pensar, estaba bastante lejos del lugar y solo rogaba por llegar antes que él.

YoonGi

El tiempo pasaba y no veía a nadie moverse de su lugar, creí en mi estupidez que era solo cuestión de horas para que arrestaran a las personas que me hicieron daño, pero al parecer yo era el único interesado en eso.

— ¿Cuándo podre irme? —Pregunté al oficial cuando me llevo comida y un cambio de ropa.

—Pronto, las personas que cuidaran de ti llegaran en cualquier momento. Mientras tanto, cambia tu ropa.

Media hora más tarde quise ir al baño, uno de los oficiales me abrió la puerta y me dio un momento a solas. Lavé mi rostro y salí del baño, me faltaban solo unos metros para llegar a la oficina en donde estaba, cuando vi a Byung Hee llegar. Por un momento me quedé paralizado al notar que los oficiales que supuestamente me mantendrían a salvo lo recibían con alegría, en cuanto logré reaccionar regresé por el corredor al interior del baño y cerré la puerta con seguro, no pasaron más de cinco segundos cuando comenzaron a golpear la puerta.

—¡No voy a volver a ese lugar! —Grité comenzando a llorar, los golpes no se detenían y en un momento fui empujado cuando lograron abrir la puerta, sin saber que hacer solo me encogí en el piso, cubrí mis oídos y cerré mis ojos con fuerza.

—¡Con un carajo abre los ojos, maldición! —Gritaron, mientas intentaban apartar mis manos de mis oídos. —No tenemos más tiempo. —Bajó la voz y sin entender cómo, logró ponerme de pie. —Dijiste que querías reunirte con tu familia, pero si no reaccionas no volverás a verlos. —Al escuchar esas palabras abrí los ojos y vi a Jungkook frente a mí.

—Déjame ir. —Golpeé su pecho. —Todos ustedes deberían morir.

—Diré esto rápidamente, Byung Hee está aquí junto a sus hombres y no tenemos más tiempo para perder en estupideces, si quieres quedarte quiero que sepas que vas a regresar al mismo lugar del que te saqué y esta vez no hare nada, ni habrá nadie para ayudarte.

—No quiero, no voy a regresar a ese lugar. —Me negué moviendo la cabeza, tomando eso como una respuesta, Jungkook abrió la puerta del baño y una persona le entregó una manta con la que cubrió mi cabeza.

—Gracias, te pagare por esto. —Recibió un arma y rápidamente me llevo por detrás de la estación hacia una salida de emergencia.

Había corrido demasiado, por el cansancio y por los golpes que había recibido antes, comencé a tropezar, Jungkook pasó su brazo por detrás de mi espalda y agarró mi cintura ayudándome a seguir corriendo, su auto no estaba lejos cuando escuché los gritos de las personas que venían detrás de nosotros y comenzaban a disparar, apenas podía sostenerme en pie cuando una bala se impactó en mi brazo y otra en la parte inferior de mi pierna.