Hay Magia Aquí

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Una película en la gran pantalla. El olor a palomitas y sal. Mantequilla espesa por la lengua. Estoy emocionado.

A mi lado está ella, y desde hace tres días es, para mi, la mujer más hermosa del mundo.

Tiene un cabello lacio que el viento agita suavemente, como buscándome siempre. Y siempre me encuentra para hacerme caer en esos pozos inmensos de locura que son sus ojos, piedras preciosas que brillan todas las noches, incluso aún más en medio de la profunda oscuridad. Sus suaves labios, delicados y pequeños, como una trampa mortal en la que ya caí, y en la que volveré a caer siempre que los vea. Y piel suave como caricias de invierno, blanca como leche o nieve de enero. Y su voz, y su risa, y ella.

Como un misterio. Como una luz que no sabes de donde viene, pero que sigues ciegamente.

Ella me aterra.

Porque estamos en el cine, viendo una historia de los ochentas. Y mientras en la pantalla llueve, ella toma mi mano y me dice que guarde silencio, porque aunque no estoy hablando, ella escucha lo que pienso.

Y estoy pensando que la adoro, como se adoraba antes a los dioses ocultos. Con fe pura, y ganas de hacerle sacrificios de sangre.

La veo, y ella me ve.

Ojos que se funden en otros ojos. Nariz y nariz. Cejas y cejas. Alma y alma.

Corre entonces, mi corazón desbocado, al encuentro de sus labios. Pero ella sabe que aún no es el momento exacto y con un movimiento resuelto, se aparta de mi camino y se ríe de mi, por intentarlo.

¿Lo arruiné?

Casi lo haces...

Algún día tu boca será mía.

Créditos finales. Y entonces salimos del cine y ya es de noche. Y ambos sabemos que es hora de seguir cazando a la vida. De decirnos adiós. De darnos un beso en la mejilla como pidiendo perdón.

Pero ninguno de los dos nos queremos ir.

Por eso me siento y la miro y respiro y entiendo que hay magia aquí.


Para mi piel de luna
Andrea.

Historias Cortas De La Luna Y Las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora