CAPÍTULO 20.

7.3K 624 258
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Sarah abrió sus ojos por la luz que molestaba su sueño, y se sobresaltó al notar que no estaba en su habitación. 

Mirando a todas partes, notó como un bulto, que ahora reconocía como su amigo Stiles, dormía a su lado con la belleza digna de una foca con problemas respiratorios.

La adolescete sonrió al ver cómo Stiles se ahogaba con sus propios ronquidos, y aunque quiso despertarle para que dejara de hacer esos molestos sonidos, prefirió dejarle descansar. No habían sido unos días fáciles para nadie, y el sueño era lo que más costaba recuperar.

El celular de Sarah marcaba las 9 am, y la chica cuidadosamente se levantó. 

Quitándose la polera que Stiles le había ofrecido como pijama, se puso la suya y notó como en la parte de la espalda estaba algo rota y con rastros de sangre. Sarah dudó sobre salir así, y poniéndose la camiseta de Stiles sobre la suya, salió de la habitación.

En el primer piso se encontró con el señor Stilinski, quien al verla le sonrió y la saludó. Ofreciéndole un vaso de leche, el adulto se acercó a la chica y se cercioró de que no estuviese herida.

Su mirada la estudiaba inquisitivo, notando como su rostro lucía algo demacrado y lastimado.

―¿Dónde te hiciste esto, Sarah? ―interrogó Noah, viendo como la mejilla de la chica se oscurecía en un morado casi imperceptible.

La adolescente se removió algo nerviosa, más fingiéndole una sonrisa, mintió.

―Anoche. El choque hizo que me golpeara contra el volante.

En aquel momento la adolescente agradecía de que no se tratara de Derek, el cual tenía la facilidad de detectar sus mentiras. Pero Noah no le creyó.

―¿Anoche? Se ve bastante avanzado Sarah, como si fuese de hace tiempo ―recalcó Stilinski, buscando que la chica le contara la verdad, pero ésta se afirmó a su respuesta.

Suspirando por tener que darse por rendido, Stilinski no pudo seguir insistiendo.

―Stiles sigue durmiendo, no quise despertarlo ―comentó Sarah―. Yo debería volver a casa.

―¿Estás segura? Digo, podrías quedarte a desayunar. A Stiles le gustaría que te quedaras, y a mí también. Nos harías compañía ―invitó él con una sonrisa, pero Sarah rápidamente le negó.

La adolescente lamentaba tener que rechazar así al señor Stilinski, en especial luego de él la recibiese en su casa. De alguna manera deseaba hacerle entender que estaba agradecida, pero que en verdad no se podía quedar.

Lamentablemente, no podía contarle la razón del porqué. 

Como consiguiente, Sarah simplemente bajó su mirada apenada y suspiró.

―Me gustaría mucho, pero no quiero aprovecharme más de su hospitalidad. Además, desaparecí de mi casa anoche sin avisar, creo que ya es hora de volver.

➊𝐅𝐫𝐚𝐠𝐢𝐥𝐞╢𝐓𝐄𝐄𝐍 𝐖𝐎𝐋𝐅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora