The Genius (Adaptación)

Prólogo

Mmm... Un ejemplo de desintegración radioactiva que no conduce a la transmutación...

Mordí el final de mi lápiz, pasando la hoja del cuaderno de tareas, que estaba entre mi plato de la cena y yo.

Siempre podía hacer la tarea después, sin embargo, me gustaba permanecer lejos de lugares que podrían provocar corrupciones intelectuales, como el internet y los libros de texto.

Siempre he intentado hacer mis tareas apelando a mi memoria, solo antes de una revisión de mis conocimientos.
Es la única manera de probar lo que realmente sabía y no fingir que sé todo lo que estoy copiando en mis notas de un libro de texto.

La memoria a corto plazo es muy engañosa.

- Lauren, deja de hacer tu tarea en la mesa - Escuché la voz de mi madre decir, mientras escribía mi breve respuesta debajo de la pregunta, con lápiz para poder corregirla más tarde.

Parpadeé detrás de mis gafas de montura negra, antes de mirarla a través de la mesa.

Su mandíbula se puso dolorosamente en irritación obvia, y mi padre estaba sentado a su lado con una mirada de preocupación en su rostro.

Mire de un extremo de la mesa al otro, preguntándome porque yo era la única persona con la que decidió tomar represalias esta noche.

Mi hermana mayor Vanessa, estaba comiendo a la izquierda, mientras mi hermana menor, Taylor, estaba a la derecha, jugando con los guisantes de la cena con su tenedor. Me volví a mi lado para encontrar a mi hermano gemelo Chris, dibujando en su libreta de dibujo.

- Estás dejando que Chris dibuje - dije defensivamente, haciendo que mi madre suspire frustrada.

Chris alzó la vista probablemente preguntándose porque se mencionaba su nombre en la conversación.

- Al menos pone su trabajo a un lado para comer de vez en cuando. Además, tiene una exposición, y debe terminar dos cuadros para entonces - dijo mi madre mientras Chris volvía a hacer garabatos en su libreta, probablemente dándose cuenta que la conversación no lo incluía.

- Está tarea también tengo que entregarla pronto - dije tomando la hoja de mi tarea, que debía entregarse en dos semanas, pero ella no tenía que saberlo.

- Déjala, Lauren - me dijo repentinamente mi padre con un tono firme, incluyéndose en la conversación. Fruncí mi ceño pero dejé mi tarea de todas maneras.

Mi padre rara vez hablaba, y cuando lo hacía era estrictamente necesario. No necesitaba que él se enfadará conmigo.

Mi madre se relajó, cuando tomé mi tenedor y comencé a comer de mi plato. Ella finalmente apartó su atención de mí, haciendo una ligera conversación con el resto de la mesa, mientras yo comía con mi ceño fruncido.

Siempre me tratan de manera diferente.

Me dije mientras miraba a mi familia alrededor de la mesa de madera.

Todos compartimos el mismo cabello oscuro, y los ojos claros, todos nos parecíamos, muy parecidos.

Era muy obvio que éramos parientes de sangre con solo echar una breve mirada, y sin embargo, con todas esas similitudes, todavía me sentía excluida.

No me aprecian.

Todos en la familia Jauregui eran artistas... Bueno, todos menos yo.

Mi padre era ilustrador y dibujante independiente, y mi madre, era una artista tradicional: pintora. Vanessa estaba en su primer año en la escuela de Arte. Taylor y Chris, ya estaban ganando concursos de Arte, dentro y fuera del país. Y, yo...Yo estaba bien.

Mi pequeño talento: Menos de dieciséis años de edad, que ni siquiera podía dibujar un pequeño hombre de palo, con una regla.

Traté de compensarlo.

He sido la mejor de mi clase, desde que recuerdo.

Los miembros de mi familia simplemente parecían no preocuparse por eso.

Han elogiado los logros de cada uno, Chris usualmente estaba en la cima.

Nunca lo he entendido.

Chris era apenas un estudiante medio que manejaba no más de B y C en sus exámenes.

Él nunca trajo los A's perfectos que yo traía.

Muchas personas me dicen que mis padres deben de estar muy orgullosos y contentos de mis notas, si solo supieran la realidad...
Ni siquiera puedo recordar la última vez que vi a uno de mis padres entre la multitud, en un debate académico.

El hecho es que la idea que tiene mi familia de unirse es ir a exposiciones de Arte juntos, o un lugar público para dibujar y pintar.

Por lo general, yo estaba encerrada en casa, o en la esquina viendo de lejos como extranjeros los felicitaban por su trabajo. Sus elogios eran por lo general en las líneas de: "Es maravilloso que todos puedan hacer esto", "¡Que familia tan talentosa!", y yo solo estaría sentada en la esquina viéndolos ignorar mi existencia.

Mi familia era conocida como los prodigios, en la calle de nuestra casa. Yo no era tristemente, una de ellos.
Aunque un matemático o un campeón olímpico de la física probablemente sería considerado como un prodigio. No estaba exactamente segura si conocí el corte para ser considerada una.

- Dejaste de comer - dijo mi madre, sacándome de mis pensamientos. La vi a través de la débil luz del comedor preguntándome qué estará pensando.

- Ya no tengo hambre - murmuré, dejando el tenedor que estaba sosteniendo, antes de tirar de mi silla y recoger mi hojas de tarea de la mesa.

- Gracias por la cena - le dije a mis padres, ganándome un gesto de desprecio de ambos, permitiendo que me fuera.

Salí de la mesa, subiendo las escaleras mientras miraba los certificados enmarcados y las obras de artes colgadas en las paredes. Ningunos de los míos estaban ahí.

Mi certificado es... (No necesitamos una broma sobre mí haciendo arte, en este momento, verdad?)

Todos mis certificados eran los académicos, y de acuerdo a mis padres, estos tenían un mejor lugar para colgar en mi habitación, o cuidadosamente metidos en una carpeta.

Nadie simplemente se preocupa.

La idea cruzó mi mente cuando abrí la puerta de mi habitación. Me pregunto porqué sigo intentado impresionarlos. No puedo hacer lo que ellos quieren, y lo que tengo que ofrecer no es un buen sustituto de acuerdo a sus estándares.

A nadie le importa.

Pensé de nuevo, mientras tiraba las hojas de mi tarea en mi escritorio.

A nadie le importa si soy un genio.