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-¡Gracias, muchas gracias! - Rose, una niña de cabello castaño chilló cuando vio su teléfono en las manos de Ben.

Ben se encogió de hombros dándole el teléfono Android a la muchacha emocionada. Rodé los ojos mientras trataba de concentrarme en mi libro de física. Aiyana que estaba leyendo en su tablet no estaba prestando mucha atención a la escena de la mesa.

Rose finalmente se fue después de que Ben le dió algunos consejos, trayendo el aire de silencio de nuevo a nuestra mesa.

- Deberías empezar a cobrarles - murmuró Aiyana sin apartar los ojos de su tablet mientras se deslizaba hacia arriba con una uña pintada color negro.

- No puedo hacer eso, no es como la mayoría de problemas que me traen, y no es tan buen negocio de todos modos - murmuró Ben pasando una mano a través su corto y rizado cabello, mientras sus ojos marrones se posicionaron sobre una intacta pieza de pastel de Aiyana. - ¿Vas a comer eso? - preguntó, haciendo que Aiyana suspirara poniendo los ojos en blanco.

Hizo un gesto con la mano libre para que él pudiera tenerla y Ben le sonrió con una mueca.

- Estoy de acuerdo con Aiyana, deberías empezar a cobrarles - dije resaltando un bloque de prueba con un marcador verde en mi libro.

Ben era un genio de la tecnología. Podía literalmente arreglar cualquier cosa. Creo que es la única persona que conozco capaz de abrir y meterse con un iPhone.
Él tiene una fama de Dios en la escuela, trayendo las computadoras portátiles de nuevo a la vida, dando a los adminículos una nueva mirada entera con solo retocar sus piezas, recuperando datos perdidos, y ayudando a los cabritos a hackear el Wi-Fi bloqueado de la escuela de vez en cuando.

Ben no era un libro de brainiac, como Aiyana y yo.

Se destacaba en Matemáticas en todas las formas, álgebra, cálculo y estadística. También lo hacía muy bien en Física, y Tecnologías de la Información, pero por lo general necesitaba mi ayuda para hacer una buena calificación en Química. Y Aiyana muchas veces tuvo que ayudarlo en Inglés y Economía.

- No sé - Ben se movió en su lugar cavando en el pastel de Aiyana - Eso no sería muy agradable... - Sonreí a su respuesta.

Ben tenía ese extraño sentido de la moralidad que era extremadamente fantasioso y separado de la realidad.

Aiyana soltó un fuerte suspiro, haciéndome girar para mirarla.

Ella seguía concentrada en su tablet, mordiéndose los labios de vez en cuando mientras su dedo seguía deslizándose a través de la pantalla.

- ¿Qué libro? - le pregunté a Aiyana, quien levantó la vista por primera vez. Sus ojos castaños le felicitaban por su piel igualmente marrón, su cabello ondulado estaba puesto en un moño, y los lados estaban fijados elegantemente.

- Hijo Nativo - murmuró ella, volviendo su atención a su tablet.

- Nunca comprenderé como alguien puede leer una novela tan gorda - dijo Ben obviamente recordando la copia con portada dura púrpura que Aiyana había llevado hacía dos días.

Aiyana lo ignora rodando los ojos. - Tengo historia el próximo horario, ¿qué pasa con ustedes? -

- Tenemos Química - contesté mientras acomodaba de lado mi cabello, para luego ajustar mis gafas negras.

La Química era definitivamente uno de mis temas favoritos. La señorita Jones es la mejor profesora que he tenido para ese tema.

La campana sonó poco después, haciendo que los tres nos levantáramos sin dudarlo. Ese era un rasgo básico que todos compartimos, no nos gustaba llegar tarde.

The Genius (Adaptación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora