Piedra, papel o tijera.
JongIn ya perdió la cuenta de todas las veces que terminaba siendo liquidado en ese miserable juego y como era de esperarse, una vez más se encontraba ahí frente al mostrador esperando por la orden de él y del sujeto que tenía como novio. Lejos de molestarle, tanto para él como para Chanyeol aquellos juegos ya se habían hecho costumbres y cada vez iban siendo más tentadores; quién perdía, debía ir y pagar la comida de ambos, así fuese durante el desayuno, almuerzo o cena, pero claramente Chanyeol terminaba abusando de la situación en más de una vez.
"Cappuccino, Latte y dos donuts, ¿Verdad?". Repasó la joven que había tomado el pedido del menor, asegurándose de tomar correctamente la orden.
"Así es, ¿Cuánto sería todo?". Preguntó el menor, sacando su cartera dispuesto a pagar.
"Que sean tres donuts más y un frappuccino, porfavor".
Distraído en la cuenta, JongIn no notó la presencia del mayor sino hasta que éste habló, terminando aquél pedido con un guiño a la joven chica quién sonreía con cierta timidez ante la acción del más alto. Por su parte, sólo alzó una ceja, dando una pequeña patada en la pierna de su pareja.
"Cappuccino, Latte, frappuccino y cinco donuts". Reafirmó la joven, haciendo entrega del pedido al menor, recibiendo una sonrisa y agradecimiento por parte de éste.
Estando ya fuera del local, Chanyeol quitó la bolsa que el menor llevaba riendo de manera exagerada.
El resto del camino lo pasaron así, momentos de silencio y otros más ruidosos fueron los que acompañaron al menor en todo el trayecto hasta aquél parque cerca del departamento del mayor, el cuál siempre frecuentaban en todas esas salidas que tenían, disfrutando del aire libre y de lo poco frecuentado que era.
Aquél lugar era perfecto a los ojos de JongIn, la naturaleza, tranquilidad, silencio, tenía todo, pero más que eso, era el hecho de que pudiese estar ahí sentado en las bancas junto a Chanyeol lo que le llenaba completamente. Por otro lado, sus días de vagancia ya estaban llegando a su fin y aunque no quería pensar en ello, debía hacerse la idea de que ya no conviviría más con el mayor.
"¿Qué es lo que pasa por esa pequeña cabecita?". Cuestionó el más alto de ambos, picando la mejilla del menor al verle tan concentrado pensando quién sabe en qué cosa.
"He estado en tu departamento desde que enfermé, pero ya he mejorado durante estos días y estoy consciente de que ha sido gracias a ti". Mencionó calmado, apoyando su rostro en uno de los hombros del mayor.
"Pero ya debes volver a tu propio departamento, ¿verdad?". Expresó el más alto, jugando con sus dedos en la pierna del menor.
"Sí, bueno, es sólo que me he acostumbrado a esta cercanía, pero el hecho de que nos seguiremos viendo a diario me mantiene tranquilo". Observando los dedos ajenos en su pierna, atrapó aquellos con su propia mano, entrelazándolos.
"Quizás si viviéramos juntos no nos tendríamos que conformar sólo con vernos durante el trabajo, nini, además, sabes que lo deseo".
Y era cierto, Chanyeol siempre expresaba ese deseo que tenía por vivir con JongIn, ya que a pesar de los años de relación, cada uno tenía su propio hogar, su propio espacio, su propio mundo, pero Chanyeol era inconformista, quería más de JongIn.
"No quiero molestarte siempre, hyung. Lo último que quiero es cansarte, ¿sabes? De sólo pensar que un día te puedes cansar de mí o incluso aburrir, me estresa".