━ 2O. Dejarle "en paz".

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¿Cuánto tiempo ha pasado desde que hablé por última vez con el cabeza de piña? No es como si estuviera siempre al pendiente de él, no soy de las locas que cuentan días, horas, minutos y segundos, así que solo puedo decir que... bueno, hoy es domingo. Y aquí estoy yo saliendo de la heladería con el amor de mi vida, ajá, con un helado de tres sabores: menta, café, y fresa. El amor de mi vida, por supuesto. Voy directo al parque, hace mucho que no tengo una divina salida con solo mi consciencia y yo, pero mi felicidad no dura demasiado; Una ráfaga de aire me descoloca por completo, esta viene seguida de un golpe ¡y vaya que no logro reaccionar a tiempo! Me siento caer y con ello siento que pierdo al amor de mi vida.

¡Heladito! ¡¡No...!!

—Son Gohan.—Es lo primero que digo al ver que está quitándose los restos de "heladito" y sin siquiera ayudarme o pedir disculpas hace el amago de seguir corriendo, pero ¡claro que no le dejaré ir así como así! ¡Exijo justicia por heladito!

—¡¡Idiota!!—grito lanzándome sobre él—. Acabas de tirar mi helado, ¡págalo!—Gohan se sacude de un lado a otro cuan perro mojado, mas cuando nota que no lo soltaré así como así suelta un suspiro. No sé si de resignación o enfado. 

—Bájate—gruñe, y por supuesto que ahora sé que aquel suspiro fue de enfado.

—¡Paga mi jodido helado!—exclamo de vuelta. Estoy aferrada a su cuello desde la espalda mientras que mis piernas las he puesto como si estuviera a caballito, con la excepción que el no las sostiene sino que trata de librarse de ellas.

—No tengo tiempo para esto.—Le escucho susurrar y en menos de lo que espero ya estoy tirada en el piso con un evidente dolor de trasero. ¿Cómo ha hecho eso? Ni Trav que está acostumbrado a mis ataques ninja por la espalda logra sacarme tan rápido de encima. Sin rendirme, me aferro a una de las piernas de Gohan frenando su huida.

—Oye...—se queja ahora sacudiendo su pierna.

—¡Devuélveme mi helado!—Un nuevo suspiro emerge de Gohan, uno cansado.

—Lisa, debo...—El típico tono de llamada predeterminado en celulares llama la atención de ambos. Aún conmigo sobre él, el cabeza de piña saca de su bolsillo un celular y responde. Por mi parte, le miro en silencio—. Sí, tranquila... no te preocupes, ya voy.—Es lo único que dice y cuelga para seguido de ello guardar el aparato. Me lleva unos segundos procesar sus palabras «Tranquila, no te preocupes, ya voy», segundos más que valiosos para Son Gohan, pues logra safarse de mi agarre y voltea dispuesto a irse.

—¡Gohan!—Le detengo colocándome de pie, pero este parece explotar.

—¡¡Basta, Lisa!!—Ante reverendo grito me es inevitable abrir los ojos más de lo normal a la vez que le veo caminar a mi dirección. ¿Sería irónico decir que ahora quiero que se vaya?—. Deja de meterte en mis asuntos y sobre todo ¡deja de seguirme!

¿Seguirle? ¿¡Seguirle!?

—¡Tú has sido quien apareció a botar mi helado, solo lo quiero de vuelta! ¡¡Después de pagarlo puedes irte derechito a la mierda, que es donde perteneces, baka!!

—¡No te daré nada! Deberías ver por donde caminas, eh... ¡¡ciega!!

—¡¡Cabeza de piña!!

—¡¿Aún no te queda claro que quiero que te alejes de mi vida?! ¡Déjame en paz!

—¿Y cómo me lo aclaraste? No recuerdo muy bien, Gohancito... creo que fue... ¡¡luego de besarme!!

Al instante aquello lo hace callar, pero demonios ¿por qué carajo he sacado ese tema? El beso... No, debo olvidar el maldito beso.

—Yo mi vida, tú la tuya. Espero que lo recuerdes—dice de una vez pasando por alto el tema del beso y ante ello no puedo evitar morder mi labio con fuerza. 

—¿Quién eres?—pregunto sintiendo una opresión en mi pecho—. Dime, Gohan. ¿Estás siendo el que golpeó a su madre o el que me...—“Me besó”, pienso sin atreverme a decirlo en voz alta. Es que ¿cómo puedo recordarlo aún? Demonios, ¿qué estoy haciendo con mi dignidad?

—Para ti, nadie—responde y cuando me da la espalda para irse no digo más, le veo retirarse y no solo del lugar, sino que también de mi vida.

—¿Quiere que lo deje en paz? Eso haré.

Lisa Izumi no se arrastrará por nadie.

...

Suelto un grito "de guerra" mientras doy otro golpe en dirección al saco que sostiene Trav. Este se impulsa hacia atrás, pero no me detengo, sigo golpeando el saco mientras me imagino un rostro en particular dibujado en él.

—¡Alto, alto!—Trav deja caer el saco y, por mi parte, detengo un puñetazo que si no lograba parar de seguro y chocaba contra su nariz.

—Veo que andas algo molesta hoy ¿sucedió algo?—pregunta y hago tronar mi cuello abandonando mi posición de batalla.

—Descuida Travis, no pasa nada—respondo restándole importancia.

—Somos mellizos, te conozco...

—¡¡Ah, te he dicho que no me pasa nada!!—respondo y comienzo a dar golpes al aire.

No me pasa absolutamente nada.

HERIDAS  ━ Son Gohan. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora