━ 32. La felicidad de un lunes.

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Ha llegado el día.

¿Alguien recuerda mi pregunta? Sí, esa de "¿quién está feliz un día lunes?", pues déjenme confesar que yo, Lisa Izumi, lo estoy. Estoy feliz de volver al colegio y... es lunes. ¡Jamás había estado feliz de volver a clases! Y he de admitir que el sentimiento radica en mayor parte —por no decir toda— en volver a ver a Son Gohan. Nunca antes me ha gustado alguien, demonios, soy muy joven para este tipo de problemas, pero ya está, he admitido esto y quiero compartirlo con él. Si me rechaza siempre está el plan B que es encerrarlo hasta que me quiera, bueno no, si me rechaza ¡pues será! Lisa Izumi no es una cobarde y no se quedará con un "¿qué hubiese pasado?". De lo que estoy segura es que si hablo con él por fin la ansiedad desaparecá y podré estar tranquila de una vez por todas, supongo. 

Como ayer fue domingo mi padre se ha ido de vuelta a su trabajo, lo que significa que debo despertar a Trav. Que créanme, ayer como último día de vacaciones me dio una charla lo bastante larga como para no quererle ver la cara de pura vergüenza. "Que los hombres solo quieren esto, que los hombres solo quieren esto otro" y pensándolo bien no le despertaré, ya está grandecito. Solo espero que haya puesto alarma.

Tras terminar mi desayuno salgo de casa y como ya me es rutina desde que voy al Colegio Satán camino con mis audífonos puestos. El solo de guitarra relaja un poco mis nervios —que han ido en aumento—. ¿Cómo debería declararme? Algo tipo: "Me gustas, Gohan" y salir corriendo me suena perfecto. Me considero valiente, pero tampoco soy una masoquista como para quedarme a oír su rechazo. Tan solo quiero... sacar todo de adentro y ya está, luego supongo que volveré a mi vida normal, me olvidaré de lo que sea que siento y viviré sin preocupaciones ni sentimientos tontos. No paro de tararear incluso cuando entro al salón de clases. Algo en lo particular tiene toda mi atención, y es que el asiento del fondo junto a la ventana está vacío, pero está bien, no debo precipitarme. Al fin y al cabo Gohan siempre llega tarde. Asisto a mis propios pensamientos y camino hasta tal lugar para tomar asiento.

El tiempo pasa, los alumnos poco a poco van llenando el lugar, pero cierto cabeza de piña no aparece hasta que el sonido de la puerta parece encender una alarma en mi interior, muerdo mi labio sintiendo de pronto un intenso retorcijón en mi estómago.

—Llega tarde—recrimina la profesora de historia, pero no puedo evitar soltar un suspiro frustrado tras ver entrar a Trav en lugar que a Gohan. Mi querido hermano me mira mal —como si fuera mi culpa que sea un flojo— y tan solo me encojo de hombros. Ahorita no tengo ánimos ni de sacarle la lengua.

La profesora vuelve a explicar su clase y recuesto mi cabeza sobre la mesa.

La verdad no sé qué fue lo peor de tal día; Si el hecho de que dormí durante toda la clase así no entendiendo ni un carajo, o la horrorosa sensación de que aquella vez ningún idiota insufrible me despertó.

...

¿Por qué se fueron así el otro día?—pregunta Emma, por mi parte, me encojo de hombros esperando una excusa de parte de mi hermano.

—Lisa se sentía mal.—Okay, esa en cierta forma es la más pura verdad. Al mismo instante de oír aquello la de cabello rojo se sobre salta.

—¿¡Qué!? ¿Estás bien?—Casi me rio en su cara, y lo hubiera hecho si esta no estuviera tan... deformada en preocupación.

—Ha pasado más de una semana—respondo sonando de forma inconsciente algo burlesca, pero qué le podemos hacer, está en mis genes.

—¡Izumi's!—se escucha a lo lejos, a lo que no puedo ni quiero evitar rodar mis ojos al reconocer la voz del emisor. Adivinanza:
¿Quién tiene tamaño de Slender y cabello que parece teñido con pis de gato? Simple, Ariel. Un abrazo está por llegar, pero soy más rápida y me escondo tras mi bello hermano causando que este tuviese que recibir tal muestra de cariño de esa rata.
Ariel me cae bien, pero a veces suele ser algo... hostigoso. Tras de este llega Leila y la saludo con una sonrisa. Quién lo diría, ahora solo falta que aparezca...

—¡Llegó por quien lloraban!—grita Luck corriendo a nuestra dirección y retiro lo dicho. Ya se ha reunido el club de los locos.

...

Última clase del día. Entro al salón junto a un revoltijo de idiotas que no conozco y dicen ser mis compañeros.

Suelto un suspiro tras ver vacío el asiento del fondo, ajá, el junto a la ventana,  antiguo asiento de Gohan que no dudé en arrebatarle —no me arrepiento de nada—, y como si estuviese en la primera jornada, como si fuese mi primer día de clases me siento allí sabiendo que al menos hoy nadie me querrá quitar tal puesto.

HERIDAS  ━ Son Gohan. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora