Abro los ojos un poco mareada en la oscuridad.
Pocas luces entran en el lugar y mi vista empañada no ayuda.
No reconozco dónde estoy pero parece un lugar organizado como un transporte.
Me levanto de la cama despacio y noto como algo se escurre de mi cadera cuando me pongo un poco incorporada.
Miro hacia abajo y veo una pálida mano escurriéndose de mi cadera como en una caricia.
Subo la mirada y descubro al mismisimo Joker, despeinado ahí a mi lado. Me ruborizo rápidamente cuando su mano cae completamente y su tacto caliente se sigue notando aún.
Sus rizos rubios se esparcen por la almohada y uno le cae en la cara, bajando por su nariz y su boca, moviéndose a cada respiración.
Miro su rostro, poco iluminado, la belleza de sus rasgos, masculinos pero no toscos, sus pequeñas pestañas, sus cicatrices incluso no se ven tan terribles, aunque a mi nunca me parecieron desagradables.
Acerco mi mano a su cara pero la aparto antes de llegar a su rostro.
Decido levantarme y caminar por el transporte. Parece o un avión o un autobús privado, pero descarto obviamente lo del bus cuando veo el tamaño de las ventanas. Hay varias maletas, una de ellas blanca y muy grande, que reconozco como la que traje de España, está cifrada y probablemente éste llena de mis cosas.
También hay una barra de bar al fondo del lugar, varias mesas con sillas acolchadas, una tele de plasma y varias luces con forma de cubo. Parece una mansión.
Me acerco a una de las ventanas que están dejando pasar poca luz y me asomo.
La vista me roba el habla, pequeñas luces pasan lentamente, las ciudades que dejamos atrás.
Comienzo a agobiarme un poco. ¿Dónde me lleva? ¿Qué voy a hacer ahora con ésta situación?
Vuelvo a mirarle dormido y tapado en esa cama, inocente. Me convenzo a mi misma de que él no va a hacerme nada. Aunque todo esto es irreal y estraño, me siento menos agobiads, como sí supiera en el fondo que el no me haria daño al fin y al cabo.
Tras mirar el reloj y descubrir que son las tres de la mañana, decido volver a la cama.
Me pongo lo más alejada que puedo, bajo la manga larga de mi camiseta y la agarro en el puño, me recuesto sobre ese brazo para impedir que quede a la vista e intento pensar que mi postura no va a cambiar en lo que queda de noche.
Ya alejada lo máximo posible y relajada me quedo medio dormida cuando noto como su brazo me atrae hasta su cuerpo y quedamos completamente encajados. Me quejo con un pequeño gruñido pero al no sentir respuesta alguna de mi cuerpo, me quedo dormida en la calidez de su cuerpo.
- Dime, ¿No es bella?-Su voz suena lejana pero no tanto, de repente la luz me molesta en los ojos y me quejo, me tapo la cara con las mantas y vuelvo al calor.
-Que mierdas, mejor no la mires o te sacaré los ojos.
Un momento. Los flashbacks me llegan a la cabeza y abro los ojos bajo las sábanas, bajo la manga larga aún más si cabe y observo que estoy sola en la cama.
Asomo un poco mi cara entre la manta y dejo ver sólo mi ojo derecho. El joker me mira de brazos cruzados con otro hombre, éste, al verme despierta se retira dejándonos solos.
-Buenos días princesa, ¿Dormiste bien? Yo diría que sí.-Suelta una carcajada.
Se ve terriblemente guapo esta mañana, sin ese maquillaje y su pelo revuelto, enfundado en un esmoquin negro.
-Dime, del 1 al 10 ¿Cuánto de cómodo soy? Has dormido encima de mí bastante rato antes.
Me escondo entre las mantas y me acurruco ruborizada.
-No me vas a dar ni los buenos días entonces ¿no?
-Vete.-Le digo con voz ronca.
-A dónde amor, si estamos en mi Jet Privado.
Frunzo el ceño y salgo de entre las mantas no sin antes asegurarme de que mi manga me cubre bien el brazo.
-¿A dónde me llevas?
-Te dije que las pertenencias van siempre con su dueño, y... Nos mudamos. Juntos.-Aclara, como si fuera lo más normal. Luego se relame y me mira sonriente.
-Estás loco.-Él sonríe y se acomoda su corbata mientras me mira, probablemente despeinada y echa un asco, sentada en esa cama revuelta.
-Y tú estás jodidamente guapa ésta mañana doc.
