1.Die Augen weinen, was das Herz nicht kann

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Limpie el sudor de mi frente mientras suspiraba con cancancio.

Este clima caluroso iba a matarme.

En mi brazo izquierdo llevaba mi mochila y entre mis manos el horario de mis clases.

Los nervios en mi interior eran como un huracan arrasando todo a su paso.

No podia evitar hacerme preguntas como:

¿Qué dira cuando me vea?
¿Se pondra feliz?
¿Me recordará?

Todas esas preguntas tontas que jamas imagene preguntarme, me las estaba haciendo ahora.

Mi apartamento no estaba lejos del nuevo instituto pero aún así, habia mucho calor.

El sol estaba a todo lo queda y los coches no dejaban pasar, las tiendas estaban llenas de personas.

Esto lucia diferente.

Aquí era mas tropical.

La unica cosa que me preocupaba era el como lograr entrar en el equipo de basquetbol masculino.

Por unos momento pensé en disfrasarme de chico pero rapidamente me deshise de esa idea.

Lo habia hecho años atras, y me prometí a mi misma no volver hacerlo.

Mi celular vibro en mi mochila e inmediatamente lo saque.

[Seijuro Akashi]

Se leia en la pantalla.

-Hola-Descolgue la llamada.

-Kuroko... Buenos dias-Saludo educadamente-¿Como va tu mañana?

-En estos momentos voy camino al instituto, Akashi-kun.

-Oh, te deseo la mejor de las suertes.

-Gracias, Akashi-kun. Por cierto... ¿Qué haces despierto de madrugada?

Lo escuche reir puesto que lo habia pillado- No hay de que preocuparse por eso... Sólo queria saber como estabas y desearte suerte con Kagami-san.

-De todas formas, no deberias desvelarte para hablar conmigo. Podriamos hacerlo en un horario accesible para ambos.

Lo reprendí.

-Tienes razón, luego pensaremos en la hora adecuada. Ah, todos te mandan saludos.

Sonreí.

Apenas unos dias y sentia un vacio sin los chicos del Seirin y mis amigos de la Kiseki no Sedai.

-Diles que yo tambien les mando saludos... Tengo que colgar ya llegue.

Sin decir más corte la llamada.

Frente a mí estaba una impresionante e imponente escuela.

Con un grande patio y bonitas plantas.

Comenze a girar la cabeza mirando de un lado a otro.

Habian canchas de beisbol a lo lejos, tambien de futbol americano y canchas de basquetbol callejero, tambien se alcanzaba a ver una piscina.

Este era un instituto para futuras estrellas del deporte.

Sin embargo, yo estaba ahí por otras razones.

Tener un excelente coeficiente intelectual tambien era una gran oportunidad de estar aquí.

Tecnicamente era una escuela para mentes y talentos deportivos brillantes.

Y mi luz estaba aquí.

No podia evitar pensar en lo sorprendente que era Kagami-kun.

Como en Japón y en otros lados, pase desapercibida.

Hasta que llegue al salón y el profesor presento a los estudiantes que se unian a la clase.

-Tetsuna Kuroko.

Dijo el profesor con una blanca y largar barba y anteojos de armazon negro.

-Aquí estoy.

Dije con voz neutral parada a un lado de él.

Su reacción y la de los demas fue totalmente normal para mí.

Todos palidesieron y gritaron de susto, alegando que cuando habia llegado.

Luego de eso, las clases continuaron con normalidad, cada vez hacercandose mas la hora en la que los clubs deportivos empezaban sus entrenamientos.

Sólo espera, Kagami-kun.

⭐~

El sonido del balón, el sonido de las suelas de los tenis rechinando contra el suelo, las respiraciones aceleradas, eran muy familiares.

No habia sido nada dificíl encontrar el gimnasio del equipo de basquetbol, el cual estaba lleno de chicos que luchaban para poder fichar en los mejores equipos de la NBA.

Eran talento puro.

Abri la puerta pasando deparcibida, como siempre.

Mientras buscaba con la mirada a cierto peli-rojo de cejas extrañamente partidas a la mitad.

Todas calentaban hasta que un chico de cabello negro, y ojoz azules llamo a todos al centro.

-Vamos empezar el entranamiento. Necesito 9 chicos.

7 chicos se acercaron a él.

¿Y qué habia de los dos restantes?

-Oh, Taiga, ¿estas listo?

Mi corazón se detuvo.

Mis piernas temblaron.

Acaso...

-Kagami-kun.

Susurre.

Su cabello lucia mas salvaje, su rostro aún tenia esa fiereza de hace años y era mucho más alto. Tiaga Kagami lucia como un tigre salvaje.

Trague en seco.

Mi corazón latia tan fuerte que temia que me diera un paro cardiaco ahí mismo, y nadie me ayudara.

Sin embargo mi pequeño momento de crisis nerviosa se vio detenido por algo.

Mejor dicho... Por alguien.

¿Quien era ese rubio con sonrisa despotada y arrogante?

-Hey, Taiga-Dijo acercandose a Kagami-kun y palmeando su espalda-Parece que hoy tambien estamos en equipos separados.

-Nash.-Dijo el peli-rojo con irritación.-Tu lugar es en el gimnasio de boxeo.

El chico de cabello dorado tomo el balón haciendolo rebotar.

-No podia ignorar mi promesa.

¿De que promesa hablaba?

-Te enseñaria lo diferentes que somos, ¿no es así?

Sonrio nuevamente luciendo muy atractivo.

¿Qué... acabo de pensar?

Sucudí la cabeza.

Para que negarlo era un rubio de piel blanca y ojos verdes, alto, cuerpo musculoso pero estilizado y su cabello lucia muy suave desde aquí pero habia algo que no me gustaba.

Su actitud con Kagami-kun.

So ist es immer©[Nash Gold Jr. AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora