3.Das Weinen der Blumen

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No quiero abrir la boca. Ni quiero que él diga algo respecto a lo que sucedió hace un rato.

Lo mejor será concetrarme en terminar de beber mi batido de vainilla.

Él da un sorbido a la lata de refresco que tiene en su grande mano y luego alega lo fresca que esta.

-¿Él era tu novio?

Maldita sea.

Trago grueso al mismo tiempo que todo mi cuerpo se detiene. No deberia ni tengo porque responder eso.

-¿Qué haces aquí?

Evado con otra pregunta haciendo que este ria luego luego.

-Es de mala educación responder una pregunta con otra pregunta.

Se queja y yo ruedo los ojos.

-Y es de mala educación seguir a una chica como si fueras un acosador.

Ambos nos quedamos en silencio.

Y cuando pienso que no dira nadamas:

-A Taiga le gusta otra chica. Rindete. Él ni siquiera te mencionó en todo este tiempo.

Como describir lo que se senti en ese instante.

Pudiese ser como una estaca en el corazón, como sal a la herida, como un puñetaso en la cara. Como el dolor de la decepción.

Posiblemente estaba decepcionada de mi misma por sólo ser una sombra en la vida de todos.

Cuando me doi cuenta ya no hay señales de Nash en ninguna parte. Estoy sola.

~⭐

Tiro mi mochila por algún lado y me aviento a la cama.

Ha sido un dia de mierda. El mas grande podria afirmar.

Tomo una almohada mientras mascullo insultos a la vida y al destino por ser tan malos conmigo hasta que mi celular suena en mi bolsillo.

-Hola-Respondo.

-¡Kuroko-cchi!

Grita esa voz chillona ya conocida para mí.

-Kise-kun... ¿Qué necesitas?

Trato de no sonar laciva pero fallo.

-¿Estas bien?Suenas algo irritada.

Pregunta con preocupación mientras yo sobo mis cienes.

-Estoy bien Kise-kun. ¿Qué necesitas?

Voy directo al grano y escucho gritar una vez mas.

-Kuroko-cchi... ¡Tengo novia!

-Hee...¿En serio?¿Quien es?

-¡Es Kasamatsu-sempai!

Me quedo en blanco. Como es que... Ellos dos.

-Me alegra saber que al fin Kasamatsu-san te hiso caso. No lo arruines Kise-kun. Luego hablamos. Estoy cansada.

-Oh... Esta bien. Adios Kuroko-cchi.

Cuelgo y suspiro.

Al menos ellos estan siendo felices haya. Eso me alegra.

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Rasco mi cabeza antes de apagar la molesta alarma.

Parece que me quede dormí mas de lo debido.

Mi estomago hace ruidos y duele.

En japón estaba acostumbrada a cenar así que seguro se debe a eso.

Me quito la ropa que antes traia puesta. Me meto a la ducha e inmediatamente pego un gritito.

El agua esta helada.

Joder. Se me olvido abrirle al agua caliente.

Finalmente termino bañandome con agua tibia.

Tomo un pantalón rojo y una camisa blanca junto a unos zapatos negros.

En el refri tecnicamente no tengo nada.

Por lo que tendre que comprarme algo de camino al instituto.

Suspiro y tomo mi mochila.

El dia esta nublado y habia mucho viento.

Parecia que el aire viajaba con melancolia.

Camine hasta que llegue a la tienda de comida rapida donde ayer compre ese batido de vainilla.

Nash.

Pensé antes de entrar.

Ayer vine con él.
Bueno. Él más bien me siguió.

Lo hico con tanta naturalidad que parecia que en realidad ya nos conociamos. Aunque apenas y sé algo sobre su vida.

-Buenos dias-Dice la cajera con una linda sonrisa.

-Quiero una malteada de vainilla-Respondo mecanicamente.

Aún extraño ir por las del Maji. Pero esto es lo mas cercano.

Me quedo un rato esperando y un par de minutos despues la misma chica regresa con mi malteada.

-Tome-Extiendo la mano para pagarle.

-Otra vez lo mismo.

Doi un salto en mi sitio y mi piel se pone de gallina.

Puedo decir que ahora sé que sienten todos cuando aparesco de la nada.

-Nash... -Digo llevando mi mano a mi pecho. Que susto-Es muy pronto para que digas algo como "Otra vez lo mismo"

Digo... Apenas es la segunda vez que me ve pedir una malteada de vainilla.

-Es que me da la impresión de que así es-Él se agacha quedando a mi altura y me observa con sus ojos verdes.-Tus ojos brillan cuando ordenas una de ellas. Así que es facíl deducir que son tus favoritas.

Me falta el aire.

Hay algo que se llama especia personal y él no esta respetando el mío.

Siento como la sangre sube por mi cuello y no.

No te atrevas a sonrojarte Tetsuna.

-Emm... No quiero interrumpír pero...

¡Mi salvación!

Gracias chica cajera.

No digo nadamas y le entrego el dinero antes de salír a sancadas con el corazón latiendome demasiado rapido.

-Que extraño...-Me digo a mi misma algo asustada.

...

So ist es immer©[Nash Gold Jr. AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora