Capítulo 012: Raflesia

339 21 34
                                    

Habitación de Lincoln.

—Linky, ¿por qué lloras...? Oh, cierto. El incesto...

Lynn casi patinó con aquella desatinada pregunta. Empero, la sollozante respuesta del muchacho la sorprendió:

—No es por eso, Lynn... sabía que iba a tener mi merecido de alguna forma...

—Tu... ¿tu merecido...? ¿Qué quieres decir con eso, Linky?

El muchacho deportista seguía mirando con aprensión a su hermano menor, aún vestido con aquellos vergonzosos atuendos, con su rostro entre sus manos.

—Sniff, sniff... Me merecía esto, Lynn... después de lo que le hice a Ronnie Ann...

—Cuéntame, hermanito. Confía en mí. Puedes contármelo.

Pausa eterna hasta otro carraspeo; parecía que el momento de Lincoln para confesar sus pecados frente a alguien que le quería mucho... aunque, ¿seguiría haciéndolo después de contado aquello...?

—Cu... cuando estaba saliendo con... Ronnie Ann... este... quise llevar las cosas... más lejos... Había... había estado viendo porno... y... y creí que... que todos estaban... haciendo lo mismo...

Silencio; Lincoln remojaba sus labios y jugueteaba con su lengua para obtener más saliva. Lynn, algo impaciente, replicó:

—Continúa.

—Y... Dios mío... ¿por qué lo hice...?

—¿Hiciste qué? Dime.

La sombría mirada de su hermano menor no intimidó a Lynn. Pero esta expresión se relajó con un suspiro, prosiguiendo la narración:

—...un día... en el parque... nos besamos... y agarré... agarré su pecho... luego, su trasero... pero ella... ella no quiso... deseé seguir... pero Ronnie me... me dio un cachetazo...

—¿Y ahí terminaron? Aún sigo sin entender por qué... es decir... Cuando conociste a Carol... ella te prometió...

Otro suspiro por parte del joven. Continuó:

—Sí. Me prometió... hacer lo que no había podido con Ronnie Ann... Pero... pero cuando me dijo que debía hacer algo por ella... y era vestir de esta manera... quise... quise sentir... lo que ella había sentido...

La respiración de Lincoln en ese punto de la conversación ya se había tornado pesada. Con un ultimo suspiro, concluyó su relato:

—Y es por eso que lo hice... Lamento haberles hecho pasar por esto...

Lynn mantenía su rictus serio.

—Lincoln... tendrías que habérnoslo contado...

—¿¡Lo que hice con Ronnie Ann!? ¡Lynn! ¡Lo que hice fue...!

—¿Horrible? ¿Sojuzgable? ¿Vil? Sí. ¿Y qué? Todos lo hacemos... ¡Yo intenté hacerlo contigo varias veces...!

—¡Sí, pero yo no la había respetado! ¡Mi relación con ella terminó por eso! ¡Soy un depravado que es incapaz de mostrar afecto sin que haya sexo por delante...!

—¡Lincoln! ¡Escucha lo que estás diciendo! ¡No es nada del otro mundo estar a esta edad obsesionado con el sexo! ¡Créeme! Yo cuando tenía tu misma edad...

---

Habitación de Leni.

—¡Oh, sí! ¡Oh, viejo! ¡Se siente bien...!

Señorita BougainvilleaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora