Capítulo XIII: Begonias Escarlatas

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Bueno lectores. Quisiera disculparme por la demora de este nuevo capítulo, pero no he tenido inspiración para empezar esta segunda parte. Hasta ahora.

Esta segunda parte consistirá de 18 capítulos, aunque dudo cuánto dure en tiempo. De hecho, estoy publicando esta segunda parte a cuatro días del año 2018.

La idea original era dividir el fanfic en tres partes, cada una de doce capítulos. Pero no creo que tenga tiempo para ello ni la inspiración -aunque Leni siendo dominatriz debiera ser suficiente para escribir un par de pajas mentales- en el próximo año o cuando empiece a publicar esta nueva parte, así que los dejo con la lectura.

Muchas gracias por haber seguido el fanfic hasta acá. Y solo puedo prometerles más fetiches raros, más gente siniestra y, lo más importante, más Leni.

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Segunda Parte

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Medianoche, cuarto de Leni.

Tras la confesión, la dominátrix parpadeó un par de veces, confusa por lo que había escuchado. La rockera, sin embargo, mantenía su serio semblante. El sudor frío, goteando por su frente, contrastaba con la luz de la pantalla del computador.

—Luna... ¿Como, de qué rayos hablas?

«Luna y Lucy... Luna y Lucy... ¿Luna y Lucy...? ¡Luna y Lucy! ¡Luna y Lucy! ¡Luna y Lucy!»

El reflejo de Leni en la pantalla del ordenador había escrito:

«Carol y Lincoln.»

—¿No lo entiendes, Leni? ¡Necesito que me detengas! ¡Necesito que evites que me convierta como Carol! ¡Necesito castigo, antes que corrompa a la dulce Lucy...!

Leni miró la pantalla y leyó el mensaje. Instintivamente tuvo una rápida conexión entre pensamientos y acciones; tan pronto como lo procesó, volteó hacia Luna y la abofeteó con todas sus fuerzas en su mejilla, sin cambiar de expresión facial.

—Luna, como que necesitas un picólogo. Y no creo que yo sea, como, la indicada para ayudarte. Estar atraída a tus hermanas como que es... enfermizo.

Aguantando inútilmente las lágrimas desde el piso, Luna dirigió a su hermana mayor una fulminante mirada de odio. Y replicó:

—¿Lo dices tú, mirando vídeos de Lori teniendo sexo y masturbándose? ¿Lo dices tú, exponiendo a tus hermanas menores tu verdadera ocupación?

—¡Al menos no quiero tener relaciones con ellas! ¡Y ni sabía que Lori era quien hacía esos vídeos, Luna...!

—¡Mientes, Leni! Sabes que es Lori quien está en ese vídeo. Y no me digas que nunca has sentido que Lori es ardiente, porque mentirías.

Leni no entendió la lasciva mirada que su reflejo daba al vídeo, aún reproduciéndose; Lori había sacado unas bolas anales y las introducía una por una en su recto.

—¿Tú crees que Lori es... ardiente? Pero, como que, ¿no debiera estar en fuego o dar calor? Sus manos están, como, totalmente frías...

Luna cambió su semblante instantáneamente; sus ojos incrédulos seguían la pálida silueta de Leni, que solo cubría la mitad de su rostro cercana a la pantalla. La otra, en la constrastante tiniebla producida por la poca intensidad que la luz de su habitación brindaba.

Empero, reponiéndose de aquello, se arrodilló en el piso. Mirando hacia abajo y dejando sus manos regazadas, dijo con dificultad:

—Leni... No quiero hacer más daño a mi familia. Pero... tengo miedo de ser rechazada por lo que soy... Por lo que siento... No quiero estar separada...

Señorita BougainvilleaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora