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Nathan Cooper
Dos horas, dos eternas horas en donde Esmeralda no daba señales de querer y a pesar de que el doctor dijo que estaba bien, me preocupa demasiado el que todavía duerma sabiendo aún que debe descansar pero solo quiero ver sus hermosos ojos abiertos iluminados por su resplandeciente sonrisa.
Que cursi.
Últimamente se me es imposible evitar que ese lado de mí que había enterrado al entrar aquí aflore cada que estoy a su lado aún peor cuando estoy lejos.
Esteben y Marifer se tuvieron que ir a la universidad a avisarle al director lo que paso y no han llegado aún, me imagino que Esmeralda va a tener que reposar toda la semana y no pienso dejarla sola, es solo cuestión de pensar que todavía no puede moverse tan fácilmente después del golpe en la espalda y con este nuevo golpe va a ser peor.
Pienso ayudarla hasta para que se bañe, eso sí que es algo imposible Esteben jamás me lo permitiría y ella no sé si lo aceptaría.
Aunque a mí me gustaría.
¡Qué dices!
Nada, nada ya me calmo.
Salgo de mis pensamientos al ver que está despertando, me acerco despacio midiendo cada movimiento, veo como pestañea repetidas veces tratando de abrir los ojos para después irlos abriendo despacio.
Esmeralda.
Mis ojos se abren poco a poco midiendo la luz que entra, encontrándome a Nathan en frente de mi viéndome con una gran sonrisa en sus labios, le devolví el gesto no pudiendo evitar contagiarme de su evidente alegría al ver que abrí los ojos, igual de cómo me alegra que sea él al primero que vea.
Ya van dos veces que vengo al hospital porque me caí gracias a que no podía sostenerme y me asusta pensar que la próxima vez pueda ser peor, que la próxima vez el golpe no sea en una costilla, que en vez de despertar duerma por siempre, sé que suena exagerado pero todo se ha sentido tan mal que mi mente solo divaga el cómo seria si volviese a ocurrir.
Me aterra pensar que pueda morir, que pueda morir y mis sueños queden flotando en el aire, que no pueda volver a ver a mi familia, a Marifer o al mismísimo Nathan, es algo que me llena de angustia.
Nathan se acerca a mí y me observa con cautela para después pasar su dedo pulgar por mi mejilla acariciándola tiernamente para luego bajar hacia mis labios y trazar un recorrido por la comisura de estos haciendo que tiemble y que corrientes eléctricas recorran todo mi cuerpo.
Se siente tan bien tenerlo cerca es como medicina para mi cuerpo, esa medicina que hace que se te quite todo dolor que puedas tener. Se fue acercando más hasta juntar nuestras frentes y mirarme como nunca antes lo había hecho, es una mirada llena de amor, de comprensión, de cariño y me extraña, me extraña que yo haya podido enamorar al chico más mujeriego de la universidad y que yo esté tan ridículamente enamorada de él.
Baja sus labios a los míos juntándolos lentamente haciendo el beso más tierno y dulce, es extraño sentir tantas cosas en un beso, un beso dice todo aquello que las palabras no y eso me gusta porque sé que con este beso está reafirmando que de verdad me quiere y que no es un juego.
Nos separamos por falta de oxígeno y él se alejó lentamente de mí, yo trate de moverme pero el dolor no me dejo y me arquee un poquito por la molestia, Nathan se acercó a mí rápidamente y me ayudo a acomodarme nuevamente.
— ¿Te duele mucho?—preguntó preocupado.
—Solo un poco—le Sonreí pero el aún estaba serio.
—Tenías que llamarme, bonita—Hace una pausa como para que entienda lo que me quiere decir— No sabes cómo estaba cuando te encontré ahí en el piso totalmente inconsciente—se me cristalizaron los ojos—no sé qué hubiese hecho si te hubiese pasado algo peor, no...no puedo imaginar una vida sin ti Esmeralda.
—Ya por favor Nathan, no digas cosas así—dije al borde del llanto, traté de moverme pero el dolor me lo hizo imposible.
—Ya, ya quédate tranquila—dijo acariciando mi cabello—no te preocupes, duerme un rato—asentí y cerré los ojos mientras él me acariciaba el cabello.
—————
Desperté unas horas después y todavía me encuentro en el hospital, bueno no es como si pudiera tele transportarme dormida ¿O sí? Bueno otro misterio de la vida.
Miro a todos lados y me doy cuenta que estoy completamente sola y tengo unas ganas inmensas de ir al baño, intento levantarme y lo logro sin ningún dolor de por medio, camino despacio hacia al baño hago lo que iba hacer y salgo.
En eso entra Nathan y me dice que ya nos podemos ir, me cambio y en menos de quince minutos ya estoy saliendo con mi novio del hospital agarrados de manos.
—————
Ya han pasado dos días desde que salí del hospital y no he podido sentirme más inservible en mi vida, es como si no pudiera valerme por mi misma o no sé porque ellos no me dejan ni levantarme y eso me frustra porque a mí me encanta hacer las cosas por mí misma no que otro me las haga y eso es lo que ellos hacen.
No sé si pueda aguantar un día más encerrada en esta habitación, siento que me ahogo en estas cuatro paredes, necesito salir urgentemente y ellos no lo van a impedir.
Me levantó de la cama midiendo la magnitud del dolor y gracias al cielo esta leve o sea soportable, salgo de la habitación y del departamento dirigiéndome al jardín del campus, necesito aire fresco.
Me siento en una de las bancas que se encuentran ubicadas aquí y comienzo a ver todo como si nunca lo hubiese visto, todo me parece hermoso, un jardín lleno de hermosas flores de todas las formas, colores y orígenes. Es como colirio para mis ojos después de pasar dos días encerrada en esa habitación.
Me levanto de la banca y comienzo a caminar cerca de las flores pasando mis manos por ellas, hay tulipanes, rosas, margaritas, girasoles y muchas otras. Me acerco a oler las rosas y me quedó impregnada con el olor de tan maravillosa creación.
Acaricio los pétalos hipnotizada por la belleza que desprende esta simple flor y la sencillez con la que se forman sus pétalos.
Sigo viendo la rosa cuando escucho unos pasos detrás de mí y me tenso por completo, ese olor lo reconocería en cualquier lugar.
—Esmeralda––esa voz...su voz, me volteo lentamente y no puedo creer lo que veo, ¿qué hace el aquí?
—Drew.
***
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Intentando Olvidarte [IO]
RomansaEsmeralda, una chica dulce y noble, humillada por un chico que no valia la pena, sumergida en sentimientos negativos decide irse lejos de su casa a estudiar en la universidad, topandose allí con el chico guapo y petulante, el buscado por todas. Nath...