A la distancia

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Samuel apareció por la puerta como aparecía siempre, todas las mañanas cuando aún estaban juntos, sin camisa ni pantalones, solo con bóxer y el pecho repleto de chupones.

Willy siempre reía al verlo de esa forma no solo por la mirada de "no pasa nada" que traía sabiendo que lo volvía loco, sino también porque el boxer que usaba era el mismo que la noche anterior vestía a Willy.
Estaba loco pero aún así lo amaba.

Samuel se sentó a su lado para desayunar juntos, como antes. Mientras ambos se lanzaban lascivas miradas juguetonas.

-Amol- llamó Samuel luego de tragar un gran trozo de pan -Estás consciente de que sigues desaparecido no?-

Esa tema debía aparecer en algún momento.
-Si... Que planeas hacer?- sinceramente, Willy ya no quería pensar más. Frank seguía sin salir de su cabeza a pesar de todo, no quería pensar más.

-Pues, mi idea original era esconderte en Alaska- dijo riendo -y sigue en pie, la casa ya está construida-

-Y bueno, que esperamos?-
Samuel sonrió cariñosamente de nuevo. Dio un largo beso a su pequeño chinito antes de continuar su comida.

-Sabes? Rubén y Mangel fueron con el chisme de los dos oficiales- expresó como si de un dato curioso se tratase -Y que te vieron con sTaXx-

Willy se medio atragantó con la carne al oír ese nombre.
-Pensé que sería bueno aclarar todo antes de irnos a Alaska-
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El menor yacía recostado en el sofá viendo la TV. Su novio estaba sentado en el suelo tallando un cuchillo de nuevo, tratando de quitarle los restos de eso que se parecía a la sangre.

Vaya que todo había cambiado. Al día siguiente viajarían a algún lugar secreto según Frank, por allá el trabajo no sería problema para Alex pero para el sí debido a la tranquilidad de la gente. No requerían sicarios muy a menudo. Sería perfecto para comenzar de nuevo, rebobinar el disco y olvidar el pasado.

-¡Frank!- llamó su atención -mira es Willy-

A la mención de este nombre, STaXx fijó sus ojos negros en la pantalla. Efectivamente, Willy aparecía contando que se había escapado luego del tiroteo y aseguraba que el De Luque no tenía nada que ver.

-¿Y que pasó mientras estabas secuestrado?- preguntó un reportero acercándole un micrófono a la cara de manera insistente.

-...Nada, no me dejaron salir del sótano, pero me alimentaban...- mintió riendo tristemente.

Alex miraba el rostro de su novio buscando alguna expresión que le indicara su estado emocional o su reacción. Sin embargo, Frank permanecía inmutable y seguía tallando el cuchillo una y otra vez a la misma velocidad constantemente. 

En la pantalla se veía al castaño y al de gafas junto a Willy. Ese chinito tenía amigos, pareja, un trabajo, una vida. Y Frank quería pertenecer a eso. Ja, no, y para que sentir, si al final siempre era excluido de la vida de todos. Bueno, no de todos, ahí estaba a su lado su único amigo, Alex, que estuvo desde el principio de todo. Le daba todo y solo le pedía una cosa: esas vacaciones.

A Claudia tampoco la podía descartar, que a pesar de estar en otro continente y no verse desde hacía un año, no lo olvidaba nunca y siempre le pasaba recordando su promesa de ir a visitarla. Ahora tenía el dinero para ambos, para las vacaciones y para ir a por Claudia. Pero francamente, ya no tenía ganas de ninguno de los dos. No tenía ganas de nada ni nadie... quería a Willy... ¿era mucho pedir?

-Franky- escuchó a su pequeño decir -Ya está listo todo para irnos... porque aún quieres ir cierto?-

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Ahora Frank recordaba esa triste historia mientras miraba el crepitar del fuego. Ya no había un hombre en su cama, pero tampoco una mujer. Quizá fue un error... o quizá no. Pero Frank tenía algo muy en claro, cada vez que se acercaba a alguien, fuera quien fuere, siempre saldrían lastimados ambos.
Ahora recordaba lo hecho y la verdad que no se arrepentía de nada... Dolía, era un maldito infierno... Pero lo volvería a hacer mil veces para volver a proteger a los que amaba. A Claudia a Era gracioso como antes le hubiera atravesado con lo primero que tuviera enfrente, 

En resumen, tuvo que engañar a Alex para mandarlo de vuelta a España con su familia. Pero no lo dejó sólo, le debía la vida y lo menos que podía hacer era cuidar de la suya, lo vigilaba a la distancia. Alex tardó mucho, demasiado, pero terminó olvidándolo y no lo culpaba, lo había lastimado tanto que lo mejor que podía hacer era dejar todo eso atrás. Con Claudia fue igual, a veces pasaba por su ventana para verificar que todo estuviera en orden. Ella se casó y parecía ser feliz, tampoco la culpaba, había cortado toda la comunicación que tenía con ella y la verdad que no era mucha.
Con Willy era diferente, a veces lo veía en la TV junto al de Luque. Él también era feliz. Tanto Willy y Samuel como Claudia y Alex parecían felices, y Frank también lo era viéndolos a ellos felices. Le costaba mucho no acercarse ni intervenir en sus vidas, le costaba no hablarles. y dolía, mucho, el no poder decir lo que aún sentía por ellos, en especial por Willy. 

Una noche, de esas que aprovechaba para trepar por la ventana del chinito para verlo dormir junto al de Luque, le pareció ver articular su nombre en esos labios. Se planteó muchas veces saludarlo algún día, solo para preguntarle si de verdad era feliz o solo lo parecía. Quizás para hablar como personas normales y no como secuestrado y secuestrador. Quizá para pasar otra semana a su lado.

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Un millón de gracias a los y las lectoras que han llegado hasta aquí y a los que la siguen desde el principio. Sigo teniendo ideas para la historia, en mi cabeza nunca faltan XD pero sería para una segunda parte, una en la que quizá Frank y Willy, quizás, tengan otra oportunidad. Espero que les haya agradado este intento de historia, disculpen tantos errores, es la primera historia que hago completamente sola, a mi me encantó y en serio espero que les gustara.

Mil gracias a todos y todas 💚💙

Tras Un PañueloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora