1.- Cumpleaños

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Me despertó el leve suspiro de Marina, mi compañera de habitación y mi mejor amiga. Abrí los ojos y observe el techo húmedo y lleno de hongos. Lo había visto por 17 años, había memorizado cada mancha existente y notado cada nueva y aun así cada vez que despertaba me costaba comprender dónde me encontraba. Parpadeé unas cuantas veces hasta que pude reconocer la habitación en la oscuridad. Era el alba, seguramente cerca de las cinco. Hoy era mi cumpleaños. Al fin cumplía diecisiete, solo quedaba un año para salir de este maldito orfanato. Entonces podría irme, vivir la vida que perdí con la muerte de mis padres. Viajaría lejos y buscaría un trabajo. Podría hacer todo lo que quisiera, solo un año más y tal vez tuviera el valor de confesarle a Marina que estaba enamorada de su novio y que él me correspondía.

Marina y Fil llevaban saliendo años, demasiado para recordarlos, aunque, claro, lo recuerdo porque fue el momento en que se rompió mi corazón. En un comienzo, a pesar de mi órgano destrozado, yo estaba feliz por ellos, eran mis mejores amigos y creía que si ellos estaban juntos entonces nosotros estaríamos juntos por siempre. No fue hasta que cumplí 13 que descubrí que tarde o temprano nos separaríamos, porque yo estaba enamorada del novio de mi mejor amiga y a pesar de que llevaba años intentándolo, no podía eliminar ese sentimiento. Desde esa época me permití amarlo en secreto, deje de luchar por olvidarlo, y supe que cuando saliéramos de esta cárcel tendría que alejarme de las dos personas más queridas para mi, porque no podría soportar toda una vida de su felicidad de pareja. Yo intentaba ocultarlo desesperadamente, Marina era muy observadora y el pánico corría por mis venas cuando me descubría mirando a Fil, incluso en más de una ocasión lo trataba mal para ocultar mis sentimientos. Era el sentimiento más desolador del mundo: el amor no correspondido.

Yo estaba decidida a soportar hasta mis dieciocho, pero hace un año, en la noche de navidad, no aguanté más. Estaba decidida a escapar, mi corazón no era capaz de ver a mi amado en los brazos de otra y lo peor de todo es que no podías odiar a esa otra, no cuando era la persona más buena y compasiva en la faz de la tierra, no cuando era tu mejor amiga.

Recuerdo que estaba lloviendo y yo ya había logrado recorrer unos cuantos kilómetros con mi maleta, cuando Fil me encontró. Él me rogó que volviera y me confesó su amor. Recuerdo que yo no podía dejar de llorar, él se acercó y me besó. Nuestro primer beso: fue hermoso, al igual que todos los que siguieron. Queríamos gritar nuestro amor a los cuatro vientos, pero nunca tuvimos el coraje de decirle a Marina lo nuestro. Ella estaba tan sola, más que nosotros incluso y si no nos tenía a nosotros, no tendría a nadie. No queríamos ser los culpables de romper su inocente y frágil corazón. Así fue como mi amor secreto no correspondido se convirtió en el peor de mis pecados: la mentira y la traición.

La mentira es mala, pero es peor si es hacia una persona como Marina. Marina fue abandonada en las puertas del orfanato con apenas unas horas de nacida. La mayoría de nosotros tuvimos padres y los vimos morir o abandonarnos, incluso muchos de nosotros los recordamos y sabemos cuánto o no nos quisieron. Marina no. Ella estaba sola, y aunque nunca lo demostraba, nosotros lo sabíamos. Ella es la persona más dulce y tierna que existe, aunque muy sensata y de buen caracter. Nunca pone una mala cara y siempre se preocupa por los demas. Le gusta observar a la gente y le gusta saber si son felices. Siempre que llega uno nuevo, es ella la que lo incluye, cuando un niño se enferma, es ella la que se desvela cuidándolo.

Pero a pesar de todo el amor que entrega y la cercanía que irradia, a veces siento que ella vive en un mundo aparte. La mayoría de las veces muestra un rostro alegre y relajado, pero algunas veces llora sin ninguna razón y su llanto es tan desesperado que es capaz de romper una parte de nuestros corazones con solo escucharlo.

Otro suspiro de Marina me sobresalta, luego una toz, pero en este caso no era de Marina. Solo pasaron unos segundos cuando el humo comenzó a aparecer y comprendí que la toz era mía. Las llamas llegaron de la nada e invadieron la habitación tan rápido que cuando comprendí que debía arrancar ya no había salida. Intente abrir la ventana, pero estaba atascada. El fuego había llegado a las cortinas, así que me alejé. Apenas ya quedaba rastro de las cortinas que Marina y yo habíamos hecho de pequeñas. ¡Marina! Intente de buscarla a través del humo, ella aún estaba en la cama inconsciente, aunque claramente ya no estaba dormida. No con tanto humo y fuego. Al menos ella no se enteraría de que iba a morir. Fue todo tan rápido, que apenas pude sentir el pánico de estar cercana a la muerte, un montón de pensamientos vinieron a mi mente acompañados de un millón de sentimientos.

Poco a poco todo se volvió negro y lo único que pude ver fue mi vida. Mi vida. ¡Así que lo de la vida en un segundo era cierto! Vi a mi madre besándome antes de ir a dormir cuando era pequeña, a mi padre tomando mi mano en su funeral, a mi padre colgado en el sótano, la sonrisa de Marina cuando nos conocimos, vi la confesión de Fil, nuestro primer beso y nuestra primera vez...luego, ya no hubo nada.

IUDEXWhere stories live. Discover now