Capítulo VII: El deseo de Yuuri.

179 30 2
                                    

*Capítulo narrado por Yuuri*
----------------------------------------------------

-Aquel día en el que nos encontramos rompí la primera regla que se me exigió respetar: No volver a interferir en los mandatos del destino. Pero lo hice.

-Viktor. Ese día yo... ¿Iba a suceder algo?

Viktor solo sonrió con los ojos dirigidos a la luna, como pidiéndole un minuto más en medio de una desesperación. Mi garganta se empezaba a secar, a volverse rasposa, a doler. Y mi corazón sentía aquel aliento que Viktor dejaba escapar entre palabras, mi aliento.

-No eres una persona muy precavida que digamos. Solo caminabas al mismo final del que una vez te protegí. Eres un poco impulsivo.

-L-lo siento...eso...eso es...

Sin saberlo, mis ojos derramaban lágrimas ¿Por qué todo aquello no se me hacía la cosa más ridícula jamás contada? ¿Por qué me dolía como si mi alma recordara cada palabra?

-Conseguí mantener en secreto por mucho tiempo mi falta al trato, sin embargo hace no mucho se enteraron de lo sucedido y como parte de un castigo tuve que cortar mi cabello y limitarme en ciertas cosas.

-¿Qué eres, Viktor?-Me atreví a preguntar, aferrado a la idea de que todo fuera un juego, una broma de mal gusto que juraba perdonar con tal de que todo fuera una mentira-¿Quién eres?

Con sus manos, cálidas como aquel calefactor descompuesto que tanto presumía ser tomó mis mejillas. Solo él y yo podemos describir esa sensación electrizante que surcó por nuestra piel casi exigiendo en medio de la añoranza una nueva caricia. No cerré mis ojos, dentro mi alma clamaba por no perderme ni un segundo de su mirada ni de sus gestos.

-Soy solo tu enamorado, Yuuri. Un loco enamorado que juró ser el guía de tu camino hasta que se lo permitan-Con un deje de tristeza posó sus ojos en mí-Pero incumplí mi juramento, Yuuri. Alteré el destino. Ahora mi castigo vendrá y yo no podré hacer más nada que verlo llegar y alejarme de ti.

-No...esto debe ser una broma ¿Verdad?-Dentro de mí sabía que no lo era-Viktor, tú has pasado tanto tiempo a mi lado ¿Por qué ahora? ¿Por qué?

-Porque otra de las reglas que jamás debía romper era permitir que sintieras algo por mí, y fallé. Te has enamorado, Yuuri. Juré muchas cosas con tal de salvarte, cosas que me limitan ahora.

Era irreal, casi irrisorio y me llevaba a la locura de querer gritar. Todo tenía sentido, sus miradas, sus acciones, aquel primer encuentro. Todo, yo conocía más de lo que pensaba a Viktor, e inconscientemente terminé amándolo como hace muchos años.

¿Cuántas vidas habrán pasado? ¿Por cuánto Viktor debió soportarlo? Esto me dolía, esto me lastimaba, y más porque no lo recordaba.

-Lo siento...

-No, Yuuri ¿Por qué te disculpas?

-Yo te lastimé-Escondí la mirada, ni en ese momento ni ahora hubiera querido recordar cómo se veía su rostro-Diablos...esto es tan extraño, disculparme por algo que pasó hace tantos años y no recuerdo.

-Más bien, hace un siglo. Pero como me dijiste una vez y yo te lo repetí...el tiempo es irrelevante. Y ahora...lo es mucho más.

-Viktor.

-Después de esto Yakov no me permitirá volverte a ver, así que diré todo lo que tenga que decirte-Sus manos temblaban, repentinamente el calor de ellas ya no existía y eran frías como la nieve, tan frías que quemaban-Te amo, te amé todo este tiempo y desde el principio de nuestras vidas. Siempre te amé, no fue mi intención el olvidarme de nuestro aniversario, y juro que en cada uno de ellos te he llevado un regalo, ya sea una cascada de flores de cerezo cayendo en primavera o una suave brisa acariciando tu mejilla, yo siempre estuve ahí. Viendo por ti.

-Viktor-No pude, en aquel entonces y después de comprender todo, no pude detenerme- ¿Puedo decirlo?

-Dilo, mi amor, ahora el tiempo solo me parece una metáfora más. Déjame escuchar una vez más de tus labios aquella condena que me ata a tu alma. Déjame escucharlo una vez más.

Sus labios se volvieron escarcha, su piel amoratada y las ropas que llevaba eran en conjunto con las mías. Era el regalo que una vez le prometí.

Cada vez se desvanecía y el tiempo me jugaba en contra. Con el temblor en mis manos alcancé a sacar de mi bolsillo su obsequio y de forma adecuada se lo entregué, deslizando aquel anillo que con tanto afán busqué especialmente para él. Y al terminar de ponerlo en su dedo, le susurré un ligero "Te amo" para luego besar sus labios, sintiendo cómo se desvanecía frente a mis ojos en un baño de nieve que cayó como escarcha sobre mí.

Fue efímero, fue doloroso. Aún lo siento quemando mi ser, sobre todo por el pequeño detalle en mi mano antes de irse, una carta con su puño y letra.

________________________________________________________________________________

A un capítulo :')

Gracias por leer, por votar y comentar <3 <3 <3 <3 Los amo linduras.

Una última oportunidad [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora