EL ACOSADOR "Viejos Trazos De Un Doloroso Amor."

De los errores se aprende, incluyendo los errores ajenos.

CAPITULO ESPECIAL.
Segunda parte.

Narra Aoi

Tras terminar aquella reunión, me fui directo a mi casa. Ahora Takanori sabe sobre mis sentimientos hacia Shima.
Eso me frustra un poco, mientras tomo una ducha, me dedico a pensar en cómo decirle a Shima que lo quiero. Ha sido una verdadera tortura el guardarlo.
Desde ese día, en el que él y yo nos quedamos a solas en su casa, hablando de lo estresante que había sido el día, Akira había tenido un bajón y estábamos regresando de consolarlo. Shima estaba muy preocupado, lo abracé durante toda la noche. El aroma de su cabello penetraba mi nariz desactivando por completo mi cerebro, ese tenue olor entre floral y limpio. La suavidad de su piel era adictiva, la perspectiva de sus labios carnosos y rositas.
¿En qué momento creció? ¿En qué momento se convirtió en este bello hombre que tengo entre mis brazos?
Esas preguntas invadían mi cabeza.

-Ah esto no es verdad.-
Cerré el grifo y salí de la ducha, tomé la toalla, sequé rápidamente mi cabello y con la misma
envolví mi cintura.
Caminé hasta mi habitación hundido en mis pensamientos. Mi celular sonó alertandome sobre un mensaje nuevo.
Lo tomé y encendí la pantalla.

*Urupatito*
"Hey ¿Estás dormido? ¿Puedo ir a tu casa? Akira no me responde los mensajes y no quiero estar solo en mi casa. No me siento bien."

Eso me preocupó, mejor decidí llamarle.

-Shima ¿Qué pasa?-

*Yuu... Bueno, es que estoy algo mareado, y me da no sé que estar solo cuando me siento mal ¿Puedo ir a tu casa?*

-No te preocupes, ahora yo voy, espérame.-

*Bien.*

Terminé la llamada, me vestí lo más rápido que pude para salir.
Esta es mi oportunidad de hablar con él sobre aquello.

Los nervios me carcomen, ya me paré en dos altos dejándolos pasar ganandome regaños y el odio de los demás conductores.

Al llegar a su casa me quedé un momento pensando en que le diría, como...
Toqué la puerta tranquilamente, al cabo de unos segundos él abrió.
Me quedé embobado viéndolo, tenía una camiseta de tirantes y unos shorts que cubrían apenas la mitad de sus piernas.

-Yuu, gracias por venir, disculpa si te molesto tan tarde.-

-No te preocupes patito, de todas maneras necesitaba hablar contigo.-

Se hizo a un lado dándome paso, cerró la puerta y nos sentamos en el sofá.

-¿Que quieres hablar?-

Solté un suave suspiro, ahora la garganta se me bloquea y mi mente queda en blanco, no puedo explicar el miedo que estoy sintiendo.

-Shima... Escucha ¿has escuchado ese dicho de "si la vida te da limones, haz limonada?"-

-Uhm, si lo he escuchado ¿Por qué?-

Que estúpido de mi parte...

-Bueno, para hacer limonada se requieren, obviamente los limones y algún recipiente ¿No?-

-Ajá... Pero, no tienes que tomarlo tan literal.-

-Ah es que... Has de cuenta; yo soy un limón ¿Ya?-

-Eres un limón, lo tengo.-

Tan tierno que eres... Aún con mis tarugadas, me sigues el juego. Qué bellos ojos mieles.
Puedo ver tus clavículas, me vuelves loco. Tus hombros... Ah~ como deseo poseerte, besarte y hacerte gemir mi nombre, morderte y marcarte ya como mío.