Capitulo 39: Te quiero

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Jane

Salí del aula un poco agotada. Mejor dicho, muerta. No sé dónde se les ocurrió poner a la Madame Roland como maestra de contemporánea en esta clase. Se supone que simplemente es coreografía, pero no, la mujer francesa empezó a estirarnos hasta más no dar. Y yo terminando con los músculos adolorido.

Tome con fuerza mi bolso y lo eche encima de mi espalda. Forme una mueca de dolor al empezar a caminar, mientras arrastraba mi pie muerto. Rengueaba y me quejaba, me sentía una abuela con dolores. Me arrastre por todo el escenario hasta arrástrame para subir los escalones con dificultada y salir de ahí ahogando todos mis dolores.

–¡Jane!– exclamó una psicótica llamada Abi. Me sobresalté del susto y me llevé una mano a mi corazón agitado.

–¡Rayos Abi! ¡Me asustaste!– me quejé viéndola mal.

–Como sea. Mira  que el grupo de contemporánea han planeado una fiesta en la playa Pariot's Three y nos han invitado. Quería preguntarte...– hizo carita de inocente–... si después de tu ensayo puedas prestarme unos zapatos para la fiesta.

Entorne los ojos y elevando mi cabeza al cielo. No me sentía de humor para liderar con sus respectivos gustos de zapatos altos.

–¿Le has preguntado a Carla?

–Los de ella parecen jirafas. Quiero algo cómodo– se excusó mostrando una amplia sonrisa. Agache la cabeza ya desesperada.

–Está bien– murmuré, haciéndola saltar de alegría– Vamos, te mostraré algunos.

–¿No tienes ensayo?

Su pregunta me hizo parar del golpe y negar lentamente.

–No. Derek no vino– musité antes de darme la vuelta y seguir caminando, con Abi a mis espaldas.

Levante la mirada porque ya me dolía el
Cuello de tanto tenerla agachada. Pero me arrepentí, porque una chica me miró con ¿enojo? ¿En su rostro? No lose, me miró mal. No hice caso pero me di cuenta que más y más chicas me miraban así. Unas hasta se murmuraban cosas y volví agachar la cabeza con la idea que tal vez tenga un morete en mi rostro.

Disminuí la velocidad para quedar al lado de Abi, quién chequeaba su teléfono.

–Ps, Abi– ella levanto la mirada del teléfono.

–¿Hm?

–¿Porque nos miran mal?– pregunte notando que seguían haciendo lo mismo. ¡Dios! Si siguen así y con la desesperación que ando, juro que les gritare.

–En realidad es a ti– me corrigió, haciéndome fruncir el ceño.

–¿A mi?– cuestione y ella asintió y elevó su teléfono hacia mi rostro dejándome en visto lo peor que he podido ver.

Una imagen, que en mi opinión fue bien tomada, pero en mi mente ha sido la peor. Solo podía mirarse como Derek tomaba de la mano, muy felizmente a una chica castaña, quién también tenía una sonrisa boba, y esa chica de sonrisa boba era yo. Saliendo del hospital. Lleve una mano a mi boca y tome a Abi para salir rápidamente de los pasillos y llegar a la puerta de alado. Que casualmente es la misma puerta con la que conocí a Derek.

La brisa o era más fría o era yo prendiéndome en fuego. Porque me sentía ahora peor como me sentía. Camine de un lado a otro con las manos en la cabeza tratando de pensar y repensar que tal vez no es real. Pero ¿como no va a ser real? Me fui encuanto el primer flash salió pero solo les dio la oportunidad de formular en sus mentes cualquier teoría, por nuestras manos juntas.

–Jane, ¿Estas saliendo con Derek?– no quería contestarle. No me sentía consiente de como podría reaccionar. Pero en Abi solo se formaba una sonrisa de lado.

Un Amor Musical /EDITANDO/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora