Capitulo 28: Un cambio de planes

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Jane

Arrogue mi bolso en una de las camas y cerré de un puertazo la puerta. Suspiro  sacando todo el aire de frustración contenido en mis pulmones. Me tiro en mi cama, con la cara contra la almohada. El dolor de cabeza no solo ha afectado mi mente, sino todo el cuerpo.

Este fin de semana si fue agotador. Amy volvió a sufrir de sus crisis asmáticas, y me ha tocado cuidarla esos días. Siempre me mantenía despierta por cualquier cosa, ya qué hace unos años atrás cuando solo tenía ocho años, solo le habían detectado bronquitis aguda, y por medio de eso se le ha desarrollado él asma.

Mi madre ha estado más cansada por las horas extras en el trabajo y como ahora ya no estoy para ayudarle a manejar el negocio, se le ha complicado más. Así que hemos llamado a mi padre para que la recogiese y la llevara a una clínica cercana y pudieran manejar su situación ahí.

Hoy he tenido suerte, ya que el subdirector me ha dado el permiso de descansar. Abi me ayudó y me cubrió los días ausentes, y el subdirector pudo comprender mi estado.

Giro y giro en la cama sin poder conciliar el sueño. Estaba en esos momentos en que el sueño es pesado, pero cuando ya estoy en la cama, es como si el sueño jugará conmigo y se me va.

Entro en al baño y me doy una ducha larga para poder relajar mis músculos. Meto mi cara debajo del agua y cierro los ojos. Unos ojos verdosos con pequeño toques de azul marino invaden mi mente. Una sonrisa reluciente y perfecta me hacen desear tenerla ahora mismo. Abro los ojos y agacho la cabeza sin poder imaginar aquella sensación.

Salgo del baño ya vestida, y ahora relajada. Esta vez mando todo el mundo a un lugar nada agradable y luego cerrar mis ojos y caer en el sueño.

Cuando los vuelvo abrir, la luz del sol bloquea mi vista. Arrugo la cara y doy vuelta a mi cuerpo. Las chicas ya han regresado y por milagro se muestran tranquilas, y hablan acerca de un maquillaje. Abrí como completamente mis ojos y todas voltearon a verme. Pero cada una de sus camas tenían unas bolsas transparente y adentro algo que no logre ver bien.

Derek

Pensar, pensar y pensar. O como dice Steve, cranear, cranear.

La profesora Meyer si ha encontrado una forma de mantenerme distraído de mis cosas por un buen tiempo. La responsabilidad de escribir una obra completa es demasiado grande. Por lo menos la suerte ha andado de mi lado estos días, y Jane me ha ayudado en varias cosas.

Ya he hecho varias escenas y he pensado en hacerlo musical, para animarle un poco más a la obra. Estoy en la habitación con un lápiz en la cabeza y otro en mi boca. Steve me ha dejado solo porque ha ido con los chicos a buscar los trajes para la fiesta. Como yo no me llevo muy bien con Matthew, he decidido mejor quedarme para evitar problemas; además de trabajar en la obra.

Veo al balcón justo cuando alguien llama a la puerta. Le pido que pase pero olvide algo. He puesto seguro a la puerta. Me levanto gruñendo y la abro yo mismo, viendo a Alex con una sonrisa.

–Derek, necesitamos hablar– dice, mostrando impaciencia en sus manos.

Asiento extrañado por su actitud y salgo con el de la habitación. Hoy en la tarde hay pocos chicos, debido a que han decidido tomar hoy para poder comprar los preparativos y trajes de la fiesta, ya que solo faltan dos días.

Nos dirigimos al edificio "especial". Aun me molesta que tenga ese edificio.
Echo un rápido vistazo al balcón de Jane, pero está cerrada y hay voces por todos lados. No la he visto desde la semana pasada. No trate de preocuparme, porque ahora solo es mi amiga y si lo mostraba es posible que termine colgado del roble por Matt.

Un Amor Musical /EDITANDO/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora