Perfectly Disagree [PAUSADO]

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Capítulo treinta 2/2

Hasta acá llegó todo, hasta acá llegué yo.

Pensé e imaginé segundos antes.

Antes de que pasara cualquier desgracia me sentí bruscamente tomada del brazo regresándome al bendito suelo, impidiéndome caer al vacío.

Mi corazón ahora estaba totalmente fuera de pulsación, iba tan rápido, que creí por un momento que tendría un infarto.

Me asusté tanto, tanto para que mis ojos largaran lágrima tras otra sin parar.

—Shhh... — dio una leve caricia por encima mi pelo. — Tranquila, Emily, tranquila. — dijo intentando calmarme de mi ataque asmático. — Estás bien, ¿Sí? No pasó nada, acá estoy yo, acá estoy yo. — repetía sin parar estando frente a mí.

Ya estando un poco más estable, me incorporé y me desahogué más aún.

—¡NO! — grité. — ¡Nada está bien, Shawn, yo no estoy bien! ¿Qué no lo entiendes? — hablé entre sollozos.

—Háblame, cuentame de tus problemas, sabes muy bien que seré todo oídos, pero jamás vuelvas a poner tu vida en riesgo de esa manera, Emily, por favor.

—¿Ahora me dices que te hable de mis problemas cuando un día antes me recalcaste muy bien que no lo haga? ¡Me confundes demasiado! — dije cubriéndome la cabeza mientras el sollozo me acompañaba.

Shawn

Admito que tiene razón.

Yo hablé de más, diciendo cosas tan incoherentes al punto de parecer un total idiota.

Ella no paraba de decirse que no era nadie, que ya quería acabar con su vida, así una, dos, y tres veces repetidamentes.

Sentía mi corazón oprimirse con cada sollozo que escuchaba de su parte, quería cubrirla en mis brazos hasta que dejara de llorar, pero ella no estaba muy bien.

Ni siquiera sé por qué está así, o siquiera con quién habló por teléfono para reaccionar de esa manera.

Sus ojos no paraban de largar lágrima tras otra.

—Necesito que me cuentes que pasó. — hablé casi inaundible.

—Mierda y-yo, quiero irme de aquí. — dijo incorporándose del lugar alejándose de la terraza.

—No hasta que me digas que es lo que está pasando.

—Te pido con súplica, que éste no es el maldito momento, Shawn, no es broma. — espetó adentrándose de nuevo al edificio.

La seguí detrás intentando detenerla, pero al parecer nada iba a detenerla.

(...)

—Emily, ¿Por qué entras a ese hosp...? — no paraba de imaginarme miles de cosas en este preciso momento.

Sin hablar en todo el camino, entre sollozos aún, habló con una de las encargadas del lugar.

—¿El apellido Morgan se encuentra en esa lista? — forzó al hablar directamente, sin saludo, sin ser cordial, sin nada.

Y ahí fue cuando caí en cuenta de todo.

Maldita sea, no puede ser cierto.

—Déjeme ver. — tomó en manos una lista con nombres de los pacientes.

Con su dedo iba bajando nombre por nombre hasta llegar a la letra del claro apellido Morgan.

Los ojos de la señora se abrieron más de lo normal.