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Ya es tarde en Barcelona, cayó la noche mientras yo sólo miraba películas. No sé si antes era así, pero me siento una persona sumamente cambiante. Hay días que estoy muy bajón, al nivel de levantarme ya con ganas de no seguir adelante con nada, de no existir básicamente. Y otros días en los que me levanto cantando una canción y queriendo escuchar música fuerte, reír mucho con amigos y decirle te quiero a todo el mundo (cosa que varias veces reprimo porque parecería una loca sino)

Bueno, hoy estoy en estos días en los que no quiero existir. Y es muy difícil de explicar porque la mayoría diría que soy depresiva y ya. Pero es más que eso, porque es algo que me irrita de mí, no algo que disfruto. Por ende, no lo busco y se da sin más.

Se me genera un vacío en el pecho que parece oprimirme todas ganas de vivir. Como si algo allí me consumiera toda ilusión, toda idea, todo de mí. Es como si se extinguiera todo lo que soy, me pierdo en tratar de encontrarme. Es parecido a como cuando te rompen el corazón. Ese dolor inexplicable que se siente en todo momento por meses y que no te deja seguir adelante. Bueno así.

Aunque ya aprendí a vivir con esto, es como vivir mi vida en una montaña rusa, en donde unos días estoy tan arriba que no sé cómo reaccionar y al otro, tan abajo que ya no tengo ganas de intentar subir, ya no tengo ganas de arañar las paredes de lo que me está manteniendo allí.

Me molesta tanto, tanto este lado oscuro mío que me gustaría dejar de ser, tan solo para dejar de ser esa Lía.

-Amiga, hace nueve horas que estas en el sillón haciendo no sé que. Es sábado, esta horrible de frio afuera y, por ende, está perfecto para ir de fiesta – Levanto la cabeza con asombro. Que hicieron con mi amiga nerd – así que te levantas y te comienzas a preparar para una noche traviesa.

- ¿Traviesa? – pregunto al borde de carcajearme de una manera extrema – ¿Quién eres y que has hecho con mi amiga?

-Ja ja ja que graciosa eres – me dice con tono irónico. De un momento a otro me mira fijamente y me da terror, siento que debo hacer todo lo que diga – Hablo enserio Lía, levántate y comienza a prepararte porque de esta no te salvas – se relaja y camina hacia la cocina cuando añade a su amenaza con aires de superioridad – Salvo que quieras ir a la mejor disco de la ciudad con esas pintas.

Creo que debo hacerlo, no puedo negarme porque realmente me aterroriza lo que es capaz de hacer. Y ni hablar de mi atuendo. Tengo puesto una remera enorme, que no se su precedencia, y vieja. Con el pantalón del pijama que me regalo una amiga a mis quince años, que por supuesto esta hiper gastado y con agujeros ya por algunos lugares.

Mi cara es un desastre, tengo ojeras como si no hubiera dormido en años, mi cara por estar todo el día frente a una laptop parece como si estuviera drogada. Si alguien me ve así, juraría que el apocalipsis zombi comenzó. Por lo que debo apurarme y comenzar con mi cambio de look ya.

Primero que todo a bañarme y tratar de sacar todo mi mal humor, mis malas vibras. Después de eso, debo buscar en mi placard algo con lo que me sienta cómoda, linda y que, además, este a la moda. Cosa que se me va a hacer difícil porque hace como mes y medio que no hago compras del estilo y la moda de la mujer cambia en días.

Pero todo se debe intentar en la vida. Cuando ya estoy pulcra para comenzar a medirme diferentes atuendos para encontrar el perfecto recuerdo que Sofi si estaba consciente estos días, vivía en la realidad y puede que sepa que es la moda en este momento.

- ¡Sofía Lucrecia! ¿Puedes venir a decirme que carajos se usa hoy en día para ir a bailar?

Las escucho acercarse a mi pieza – ¿Ir a bailar? ¿Cuántos años tienes?

LÍA* (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora