10

6 1 0
                                    


Sigo caminando dejando atrás mi universidad, para encontrarme con un bar bastante particular. La primera vez que salimos con los chicos a comer algo vinimos aquí, está lejos de casa, pero se lo había recomendado a Patrick unos compañeros de clases y no conocíamos nada de aquí.

Esa noche fue un poco caótica, mientras estábamos cenando y hablando de lo lindo que era Barcelona, lo cómodo que nos sentíamos y con Sofi de los hombres lindos que hay también; me dieron ganas de ir al baño.

Flashback

-Chicos voy al baño un segundo.

- ¿Quieres que te acompañe? – Sofi me mira cortando la charla que estaba teniendo con Patrick.

-No no, está bien señora española. ¿Quieres? – la miro sonriendo. Esta chica no sé si quiere librarse de nuestro amigo o quedarse para siempre con él, como si tuvieran química. No sé leerla bien todavía como amiga en estas cosas creo.

-Vayan si quieren – agrega nuestro amigo - no me hace nada quedarme solo un rato.

-No, quédate enserio – miro de nuevo a Sofi – sino seguro nos colgamos hablando adentro y lo dejamos solo acá. Ya vuelvo, enserio.

Y salgo caminando para el baño pasando por las mesas que estaban en el camino al mismo, me llama la atención el vestido de una chica rubia. Preciosa, por cierto; tiene los labios pintados del mismo color y sus zapatos igual. Parece salida de una revista, mirándola casi choco a la moza que va camino a una de las mesas. Tengo que concentrarme un poco más.

Cuando llego a las puertas del baño es cuando el lugar me cae bien del todo. Las puertas que señalan para que sexo son los baños están señalizados de una manera peculiar. El de hombres tiene un solo "Bla", en cambio el de mujeres tiene muchos "Bla bla bla bla".

Ahora si viene un mudo o muda estamos en problemas, seguro no sabe para dónde arrancar.

Oh por Dios conciencia, que chiste más negro. Cállate por favor.

La puerta la abro con demasiada fuerza, el dolor en la parte abdominal me hace acordar de mis ganas de orinar. Encuentro dos baños vacíos, uno esta inutilizable y que asco esto, bajo el punto que acababa de subir con las puertas ocurrentes.

El segundo, esta medianamente utilizable. Así que entro con cuidado de no tocar nada con gérmenes que pueda pasarme alguna enfermedad, bajo mi jean y bajo mi torso colocándome en posición de sentada, pero sin tocar el toilette. Créanme que para las mujeres es bastante difícil, y mucho más cuando de aperitivo tomaste unas copas. Pero nunca, nunca, debemos tocar el toilette de un baño público.

Así que, mientras me concentro para no caer escucho lo que hablan unas chicas mientras se retocan el maquillaje, me llama mucho la atención su charla ya que hablan de una chica de muy mala manera. La tratan de rápida y busca fortunas, no sé porque, pero me siento tan asqueada por la situación que siento que debo ponerlas en su lugar, sin saber si la mujer a la que están denigrando con las palabras para sentirse mejores con ellas mismas merece que la defienda o si es una busca fortunas. Siempre está la excepción a la regla ¿no?

Limpio mi cola y subo mi jean haciendo un baile divertido para que suban bien (no es que me queden chicos, sino que tengo muchas piernas y poca cintura, es difícil encontrar el talle justo). Salgo del baño y me coloco al lado de ellas, me acomodo mi pelo rubio largo hasta mi baja espalda, detrás de mis hombros y vuelvo a pintarme los labios. Todo actuando como una autentica perra para llamar su atención.

Guardo mi labial y subo la mirada mirándolas por el espejo – ¿Por qué la critican tanto? Estuve escuchando y todavía no sé si es que les molesta su cuerpo, que seguramente es mejor que el de ustedes – y las miro de arriba abajo y cuando vuelvo a sus miradas de niñas de papá victimizadas – O si es porque les ganó el hombre que creían era justo para ustedes.

LÍA* (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora