Estuve un rato reflexionando en el baño. Que la madre de Kris me dijera Jessica me hizo enojar. No con ella, si no con el hecho de que en realidad Kris y Jessica tuvieron una linda relación, que ella iba mucho a su casa y cosas así. Jessica y yo somos tan diferentes. Realmente no se si pueda hacerlo mejor que ella. Todos esos pensamientos casi me hacen llorar cuando tocaron la puerta.
¿Amber? ¿Estás bien? -preguntó Kris al otro lado.
-S-Si. Ya salgo.-respondí. Hice como si me lavara las manos y salí.
-¿Qué pasa? ¿Estás así por lo que dijo mi mamá? -dijo al ver que estaba algo pálida.
-La verdad me sorprendí de que me llamó por otro nombre y casi me ahogué con la comida -mentí.
-Bajemos entonces. -dijo Kris tomando mi mano.
En ese momento, lo que menos quería era estar en casa de Kris. Me quería ir. Quería golpear algo... o a alguien. Pero resistí y seguí con la cena.
-¿Quieres más sopa hija? -preguntó la madre de Kris un poco seria y avergonzada.
-Así está bien señora. Quiero que me quepa el postre. -dije tratando de bromear un poco.
-Oigan. -dijo Kris en un tono firme. -No fingan que no pasó nada. Amber, según dijiste lo que pasó en el supermercado para evitar malos entendidos y ahorita no se pueden ni ver a la cara. Arreglen esto ahorita.
La madre de Kris y yo miramos y nos quedamos en silencio. Yo agaché la cabeza y mis pensamientos sobre la relación de Kris y Jessica invadieron de nuevo mi mente.
-Amber, no me malentiendas. -empezó a decir la señora. -Obviamente no quise ofenderte si es que así fue. No te llamé por otro nombre a propósito. Es solo que me llegó un recuerdo que se parecía a este momento.
-N-No se preocupe -sus palabras no me hicieron sentir mejor -Siento que no hemos tenido un buen comienzo del todo. ¿Qué le parece si empezamos de nuevo?
Me miró por unos segundos -Hola Amber -dijo extendiéndome su brazo. -Soy la madre de Kris. Tu suegra -empezó a reir.
Sonreí y le di la mano -Mucho gusto -dije.
El transcurso de la cena podría decirse que estuvo bien. Estaba menos incómoda que hace rato, pero me la pasé bien.
Ya era hora hora de irme y Kris me acompañó a mi casa. Aunque sólo sean dos cuadras de su casa a la mía, se me hizo muy largo y más por que no sabía que decir.
-¿Estás bien? -preguntó de pronto Kris a punto de llegar.
Di un pequeño sobresalto -S-Si, es solo que de repente me dió mucho sueño. -respondí.
-Bueno, entonces dejo que entres a tu casa para que descanses. -dijo acercándose a mi puerta.
Kris se fue y veía como se alejaba. Yo entré y mis padres rápidamente me preguntaron como me había ido en la cena. No les di muchos detalles pero les di a entender que no estuvo mal. Subí a mi recámara y caí muerta en mi cama. Realmente quería dormir, no quería saber nada más del mundo hasta al otro día.
Obviamente no amanceí al 100. Me sentía mal, me dolía el estómago y no era por la comida. Todo el día estaba tan apagada. Aunque las cosas con la madre de Kris se arreglaron. No podía pasar por alto lo que sentí cuando me confundió. Kris se dio cuenta de eso y saliendo de la escuela me llevó al doctor.
-No encuentro nada malo con tu estómago -dijo el Doctor. -Por lo que veo es puro estrés lo que tienes jovensita.
-¿Pero estrés de qué? -preguntó Kris.