Eres mi Hombre y Yo tu Mujer ♀️♂️

Cabalgando como un Jinete

Después de salir del motel con Dubraska, la dejé en su casa y rumbo a la hacienda pensaba en la mujer de la cachetada a pesar de haber tenido sexo, solo sexo para sacarme de la cabeza a esa dama que provocó una erección en mí.

No lo logré con Dubraska, no es mi tipo de mujer, sólo tiene un cuerpo que utilicé para disfrutar el momento, ni siquiera la bese en los labios. Solo vacíe mi erección acumulada.

Al llegar a la hacienda, me duché para enfriar mi calentura al recordar a esa mujer del bar y de la cascada.

Al siguiente día, me levanté con ganas de cabalgar y me encuentro con el capataz que me comenta:

- Buenos Dias Patrón, recibí la visita de los vecinos saben de la cerca rota, están dispuestos a solucionar y piden que revisemos las reces para verificar si están ligadas con las de los Jinetes.

- ¡Buen Día! Matias, perfecto ya estaba por solucionar ese punto. ¿Quién vino, el Capataz?

- ¡No! La patrona.

- ¿Qué? ¿La patrona? no me digas que tengo que lidiar con una mujer..

- Si, patrón.

- Bueno, que más me queda, encargate tú Matias de la comunicación con los vecinos a menos que sea algo estrictamente que yo tenga que lidiar con ellos. Yo me encargo de inspeccionar las reces y acomodar la cerca, me tienes informado.¡Gracias!

- Así será patrón.

Rumbo a la laguna a ver las reces, me digo a mi mismo, Lo que faltaba, una patrona como vecina. ¡Qué carajos!

Al llegar al destino, observo los animales, se ligaron con las mías esto va llevar trabajo que implica pedir a los vaqueros que me ayuden a organizarlas.

Me acerqué a revisar la cerca y se tenía que reemplazar con una más resistente.

De allí me fui a la laguna, mi sitio privado que solo una persona extraña dio con ese lugar. Tendría que solucionar esa situación de alguna manera si volvía encontrar a esa mujer en mis tierras.

De no ser así, no tendría libertad de seguir disfrutando de mi espacio natural.  Entre mis pensamientos, me provocó darme un chapuzón con éste calor insoportable.

Llegué cabalgando cual jinete a la cascada, mi sorpresa fue ver una camisa de mujer colgando en una rama. La agarro,  me bajo del caballo con la camisa en la mano molesto y me acercó para ver de quién se trata, tenía que exigirle que se retirara de mis tierras y me consigo con un cuerpo acercándose hacia mí con sensualidad que quedé inmóvil en el sitio, al ver su figura y la desnudez de los senos que los cubría con su cabello.

De inmediato mi erección respondió al ver aquel monumento de mujer con esa mirada que reconocí de inmediato, después de detallarla de arriba hasta abajo.

Sentimientos encontrados sentí al saber de quién se trataba, era ella, la que me dio la cachetada,  ¡Mierda! Sentí furia, decepción, lujuria... Mi respiración se agitó apretando los puños para controlarme.