El Reencuentro

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Dana:

Después de darme el chapuzón y estar un buen rato disfrutando de la cascada. Decido salir a secarme y vestirme,  al no encontrar mi camisa__ me pregunté: ¿dónde la deje?

Pensando donde estaría la prenda de vestir, detallo el lugar, estaba vestida de la cintura hacia abajo,  parte de mi cabello cubrían mis senos, me coloqué mi sombrero para iniciar  la búsqueda de mi blusa.

Confiada de estar sola, observo a mi alrededor, mi mirada se detiene al ver que hay un hombre vaquero mirandome, tomo el valor y decido acercarme lentamente a él ya que en su puño tenía lo que me pertenecía.

Mi mente se detuvo de la rabia, solo deseaba  golpearlo al darme cuenta de que se trataba del mismo hombre que le había dado cachetada en el bar.

Me percaté de inmediato que estaba enojado sólo con su mirada penetrante, supongo que identificó de que era la chica que le dejó la mano marcada en su rostro e insultó su pene.

Por dentro sentí ganas de reír a carcajadas por su cara y aún más por su mirada de deseo al verme con mis pechos semi desnudos.

Mi pensamientos actuaron de inmediato, tengo que aprovechar la debilidad de los hombres,  no pueden ver unos senos descubiertos, tenía un arma a mi favor para defenderme de este patán.

Cuando me acerco a aquel hombre, mi cuerpo reaccionó diferente sin poder controlar mis pezones erectos y la humedad en mi vagina, se había activado el deseo sexual y mi ansiedad de tener el contacto físico con ese desconocido.

¿Qué me está pasando? para no demostrar mi debilidad, tuve que utilizar mis brazos  para tapar mis senos,  manteniendo la mirada fija en sus ojos diciendo con dificultad.

- Esa blusa que usted tiene me pertenece. Le agradecería que me la devolviera.

Diego:

En ese trayecto donde observaba que ella se acercaba mirándome fijamente, me provocó arrancarle la ropa y demostrarle el efecto de introducir mi pene inepto en su vagina castigándola sexualmente hasta lograr sus suplicas para que no me detenga y hacerla gemir diciendo mi nombre con lujuria y deseo.

¡Dios! no sé si el castigo de venganza era para ella o una tortura para mí. Estaba que explotaba.

Al detenerse al frente de mí,  escucho su voz y reacciono despertando de mi fantasía. Sentí una electricidad por su cercanía y su olor a naturaleza me invadió.

- A lo que respondí__ aquí tienes, no sabía que los árboles eran tendederos de ropa. Se nota que usted a parte de torpe le gusta estar desnuda por allí.

__ Al oír sus palabras, quise darle otra cachetada pero me contuve, me controle y lo que hice fue colocarme la camisa enfrente de él, sin importar exponer en su totalidad mi desnudez manteniendo mi mirada en él.

Noté que tragó grueso y sus lineas de expresión cambiaron apretando la mandíbula. No se esperaba mi reacción natural.

-  Me gusta mi cuerpo y aún más cuando estoy desnuda. Y si usted dice que soy una torpe, será por que me  encuentro con usted y  prefiero tender mi ropa en los árboles antes de que un hombre entrometido la sostenga.

Mientras conversaba había terminado de abrochar la blusa,  dejando descubierto el inicio de mis senos sin dejar de mirar  los ojos de ese hombre.

Mi mente pensaba__ Que se cree este tipo, que patán es, de donde salio éste y ¿qué hace aquí? ¿A caso este imbécil me persigue? Tenía que imponer me carácter y seguridad,  al tratar de retirarme sin voltear, me detiene.

Siento que me halan por el brazo, haciendo que mi cuerpo choque con el suyo,  grito diciendo que me soltara pero hacia lo contrario, cada vez me apretaba contra él.

Me agarró la cintura con uno de sus brazos fuertes y la otra mano la colocó en mi cabeza hasta que logró cortar distancia que sentía su respiración cerca de mi rostro, no titubeó en decir_

- ¿Quieres que te amanse a mi estilo? ¿Quieres que te demuestre que mi pene no es inútil?

Su voz se escuchó ronca, tuve que tragar grueso para controlar el deseo que me invadió a decirme esas palabras como reto.

Respondí por instinto y sin pensar:

- ¿A caso no cojes lo suficiente para demostrar tu hombría?

- ¿Quieres que te coja? Tu vagina debe estar humedad, con ganas de un pene grueso, duro y grande.

Me movía en señal de lucha para librarme de sus brazos y que no notara mi reacción física ante sus palabras.

Me soltó y me sonrió con ironía.

Mi furia se desato al ver su expresión de ganador, tuve que desempeñar el papel de mujer experta en hombres y en la cama.

- La mujer es la que da el veredicto si el hombre la satisface. Te podrás coger a todas las mujeres que quieras, pero la que marca la diferencia entre todas la tiene una sola.

Me retiré del lugar sin esperar respuesta alguna con carácter y decisión.

Diego:

Quedé pasmado ante la respuesta que escuché, dentro de mi sentí una bofetada a mi hombría equivocada de que el sexo con la mujer es para satisfacer solo al hombre.

La que marca la diferencia entre todas es una sola. De todas las  mujeres con las que he tenido sexo, ninguna ha marcado la diferencia.

Al ver que la dama salvaje se retiraba, no tuve más opción de darme un chapuzón para enfriar mi apetito sexual con esa mujer.

¿Que acabo de decir? Me quiero coger a esa mujer, ¡Dios! ¿cómo será en la cama? Entre mis pensamientos me desnude y me tire al agua. Disfruté de la cascada y me retire del lugar rumbo a la hacienda.

Dana:

Salí lo más rápido que pude al decir mis últimas palabras antes que él reaccionará. Que me pasa no dejo de pensar en lo que me dijo, mi cuerpo no lo pude controlar, ¿como sabía que  estaba húmeda?. ¡basta! Dana, ubicate ese tipo es un don Juan con ínfulas de dueño de todo, deja de pensar en ese hombre.... Seguí mi camino hasta llegar a las Amazonas.

Eres mi Hombre y Yo tu Mujer ♀️♂️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora