| Saint Seiya: Life's Cliches |

Echar leña al fuego

Una pelea estaba por dar inicio en la mansión Kido. Seiya, Shun e Ikki observaban con distintas expresiones a Shiryu y Hyoga. Los dos mencionados comenzaron a discutir porque el chino dijo algo sobre la santa mamá del pato.

—¡Ya Hyoga, lo siento! —Se disculpó Shiryu por enésima vez.

—¡Sabes que no me gusta hablar de mi mamá y de todas formas te atreviste! —contestó Hyoga.

—¡Perdón! No lo haré nunca más, pero deberías superar un poco ese tema.

—¡¿Superar?! ¡Es mi mamá!

—Era —susurró Seiya a los otros dos,  que lo miraron con desaprobación. Por suerte el rubio no lo había escuchado.

—¡Bien! ¡Entonces al menos intenta superar tu notable complejo de Edipo*! ¡Me estás cansando!

—Uhhh no se qué es eso pero uhhh —coreó el caballo alado.

—¡Já! ¡Te puedo asegurar que no tengo ese problema! Si quieres te lo demuestro con la ayudita de Shunrei.

—¡Shiryu, haz algo! ¡Dale una buena paliza! —Continuó Seiya.

—¡Ya basta, Seiya! —Le regañó Shun.

El rostro de Shiryu se contorsionó en una mueca de furia que calló unos segundos hasta a el mismo Pegaso.

—¿Qué has dicho, Hyoga? —habló lentamente goteando ira contenida en cada palabra.

—Lo que escuchaste, ¿o qué? ¿Ahora además de ciego eres sordo?

Los tres espectadores juraron escuchar el sonido de la paciencia del Dragón al romperse. Y éste, con un grito de guerra al estilo Esparta, se lanzó hacia el noruego.

—¡Dale duro! ¡Pégale con la silla! —"Animó" Seiya observando a sus dos amigos rodar por el suelo cual gatos.

Y así, Pegaso siguió echando leña al fuego mientras Shun e Ikki intentaban separar a Shiryu y Hyoga quienes dejaron el lugar más desastroso que la casa de Virgo después de la exclamación de Athena.

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Por Dios, siempre hay uno que aviva la llama 😂😂 Probablemente nosotros también lo hicimos en algún momento, jajajajaja qué madrazos se dieron los dos 💥

Besitos, y recuerden: no aviven la llama pues en algún momento ustedes también se van a quemar(?)

*Complejo de Edipo: término psicológico para describir el sentimiento de deseo de un niño hacia su madre y del odio hacia su padre.