Y allí está él, mirándolo de frente, sin mostrar ningún atisbo de temor.
Qué maldito hijo del sol.
Era un egocéntrico, se notaba a leguas que se creía demasiado por tener un pelo tan rubio y brillante como el oro en polvo. Se creía demasiado por tener dientes perfectos de modelo de colgate y piel bronceada perfecta como si él mismo sol fuera su amigo, y le estuviera haciendo un pequeño favor.
Estúpido Will Solace, gruñó Nico di Angelo en silencio. Mirando muy penetrante a su molesto vecino, sentado en una banca en el patio de la universidad. Will también está observándolo sentado en el mismo banco, pero a diferencia de él, este sonreía como normalmente hacia las 24 horas al día.
Nico apostaba a que hasta durmiendo sonreía para atraer a las polillas y matarlas con su intenso brillo.
~~~~
Y allí estaba su vecino oscuro y amargado, mirándolo fijamente sin pestañear. Al igual que él lo hacía con determinación y perseverancia. Will estaba considerando seriamente poner cinta adhesiva en sus párpados para asegurar que no bajarán, pero probablemente eso sería trampa.
De eso se trataba el reto, uno de los dos esperaba que el otro pestañeara para ganar una apuesta. El que perdiera, cortaría las ramas del árbol del patio de Nico, sin quejarse ni negarse.
- Una araña está caminando por tu pecho.- Probó Nico para asustarle. - Una enorme y muy peluda araña.
- Le deseo un recorrido interesante por las llanuras de mis pectorales. - Contestó el rubio sin dejar de sonreír. - El sol está empezando a broncear tu piel Nico. - Le devolvió a su vez.
- Espero no lucir tan ridículamente bronceado como tú entonces. - Respondió, con sus ojos ya empezándole a arder. Apostaba que 75% era por el brillo intenso de sus blanquecinos dientes.
- Esperemos, porque no creo que el color saludable de la piel, combine con tu rostro -revivido de ultratumba-.
- JA, Ja. - Pronunció Nico sarcástico. Entrecerrando ligeramente sus ojos. - Vas a perder, Solace, mejor rindete de una vez.
- No, tú perderás. - Se burló, alzando ligeramente las cejas. - Yo ganaré, y entonces disfrutaré mucho observándote el trasero sudado, mientras me siento en mi habitación con el aire acondicionado a tope.
- Ni lo sueñes... - inició el azabache.
- Muy tarde, ya soñé contigo de 99 formas gloriosas.
- ¿Solo 99? - Recalcó algo aturdido. Sentía demasiado ardor en su pecho repentinamente, un sentimiento lejano y poco conocido desde hace años.
- Solo 99. Porque estoy a punto de hacer realidad uno. - Le confesó, sonriendo de nuevo, por trillonesima vez en el día. - Voy a besarte, y así lograré que pestañees.
-¡¿QUÉ?! - Soltó exaltado, alejándose instintivamente de él en el banco. - ¡¿Estás loco?! Nunca conocí a alguien tan lunático como tú, ¡Jodete!
- Una vez más... - Murmuró Will seductor. - Jodeme tú.
Will echó una risa divertida que puso los pelos de punta a Nico, ya que se veía algo aterrador riéndose con los ojos muy abiertos, y acercándose hacia él lentamente. El rubio puso una mano en medio de ellos como soporte para inclinarse hacia él.
Nico inclinó su espalda hacia atrás, Will se inclinó más hacia él. Nico posó una mano sobre su pecho para detenerlo, Will posó una mano sobre su mano pálida para acariciarlo suavemente.
Para Nico era una pesadilla. Para Will un sueño maravilloso y luminoso.
- ¡Aléjate idiota! - Demandó casi desesperado, manteniendo sus ojos abiertos todo lo humanamente posible que podía. - ¡Aléjate!
-¡Voy a besarte! - Canturreo Will, acercándose como una peligrosa boa constrictora apunto de atacar. - Te va a gustar, o solo pestañeas y me alejó.
- ¡Maldito chantajista! - Acusó furioso, alzando una de sus piernas como queriendo patearle. Will estaba a centímetros ya, sus narices estaban por tocarse. - ¡Nunca voy a...!
- ¡CUIDADO!
La pelota de Voleibol va a la velocidad de un misil de bajo calibre, va en línea recta con precisión y fuerza, con tanta fuerza, que cuando golpea la cabeza de Nico Di Angelo. Ignorando el hecho que Nico ha pestañeado por el dolor. El golpe también tiene el efecto de lanzarlo hacia adelante, hacia Will Solace...
Hasta encontrarse con sus labios.
Un beso. Pequeño. Apenas un roce y ya, un golpesito de labios dulce y adorable fue todo lo que ocurrió. Algo tan pequeño que desató un caos de furiosas mariposas esqueleticas en el estómago de Nico. Tanto que se quedó tieso con sus labios unidos con los de Will por varios segundos de más.
Will fue el que se apartó, estaba estupefacto, anonadado, atónito. Él no pensaba besarlo en realidad. Solo quería asustarlo para que cediera.
Y entonces ocurrió esto, una burla del destino o un gentil regalo.
-Pestañeaste... - Fue todo lo que se le ocurrió decir a Will.
Entonces Nico suelta un alarido ronco y desorientado. Empuja a Will colocando sus dos manos contra su cálido pecho. Lo empuja fuerte, lanzando al rubio fuera del banco y cayendo de culo en el suelo.
Nico sale huyendo para otro lado, huye para que el rubio no descubra su sonrojo. Y huye para evitar oír que le desagradaba tal acto. Porque no lo soportaría, habiendo experimentar algo tan... inexplicable.
ESTÁS LEYENDO
Encuentros Perfectos
Fiksi PenggemarNota. Día 02-02-17 Hora: 09:08 Recordatorio importante (hiper importante): ●A la chica de la peluquería le gustan las plumas de diferentes colores. ●Aún sin identificar el color exacto de sus ojos. En proceso. ●Comprar un mejor desodorante que r...