Capítulo 7.

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No era normal que mientras todos estuvieran riendo, gritando y haciendo el tonto en una noche de viernes, ella estuviese tirada en el sofá pensando en Timothy Fitzpatrick. Aún con él a punto de hacer el ridículo por un tonto reto de iniciación. Ella no entendía cuál era la razón detrás de todo aquello y tampoco le importaba mucho hasta ahora. Sin embargo, aunque quisiera encontrarse como los demás, solo podía pensar en ese "tonto, idiota, sonrisa hermosa" de Timmy. Incluso llevaba su camiseta y se sentía estúpida, ni siquiera le agradaban estas fiestas, pero estaba aquí porque en cuanto Jackson la vio al final del juego le rogo que se quedara. Luego de burlarse de ella por equivocarse de numero en la camiseta.

Había entrado a la casa con una misión, no dirigirle la palabra al número 10 y tomar mucho alcohol. Pero se encontraba decepcionada grandemente; primero, era una fiesta universitaria sin alcohol, supuestamente se debía a que los jugadores no debían tomarlo, lo cual no entendía en ese momento ya que en todas las películas se emborrachan hasta el amanecer, pero podía vivir con eso. Segundo, no se suponía que tenía que entrar a un baño con Timothy Fitzpatrick en boxers.

Al principio sonaba demasiado absurdo como para ser verdad, hasta que realmente se dio cuenta que estaban encerrados en un baño juntos. Cuando salió de allí pitada agradeció que su mejor amigo besase a su hermano para evitar que alguien se diera cuenta del suceso pasado. En otro momento Pame habría gritado de alegría por el atrevimiento de Olivia y por ver la cara de angustia más rabia de su mellizo; en serio le habría alegrado. Pero eso no pasó, para cuando ella llego ambos actuaban como si nada hubiese pasada y ella solo quería irse a casa, cosa que no paso pues Loras no quería irse, algo que jamás pasaba, pues él siempre quería irse.

—Loras, en serio quiero irme—Dijo.

—No entiendo ¿por qué quieres que nos vayamos en la mejor parte de la noche? Timmy va a bailar esa canción de Britney que le gusta mucho a Sandy, con falda y todo. Además, tú fuiste quien me obligo a venir, ¿por qué quieres irte tan rápido? ¿Es por qué eso te llego? —Pregunto.

— ¿Qué me llego? —Pregunto la chica.

—Las chicas me dijeron que llego tu visita mensual—Dijo y Pame se tapó la cara con un cojín del sofá y rio un poco.

—Es tan horrible cuando dices eso, ¿por qué no dices menstruación? Es algo bastante normal y no, era una falsa alarma. Pero tengo muchísimo sueño, quiero irme a casa ya. Además no le pedimos permiso a mamá.

— ¿Desde cuándo tú te preocupas por no haberle pedido permiso a nuestra madre? —Pregunto Loras.

—Siempre me preocupo, Loras—Mintió. Nunca se preocupaba por eso, en realidad era él quien siempre llamaba a su madre para avisarle que llegaríamos tarde o donde se encontraban. Pame no era de responder mucho el teléfono o de tenerlo cerca, en realidad casi nunca sabía dónde estaba o donde lo había dejado. Tenía mala memoria para ese tipo de cosas.

FUERA DE JUEGO | LIBRO #2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora