Capítulo 23.

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"Yo soy el único Dios y mantengo bajo control todo lo que pasa en este mundo

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"Yo soy el único Dios y mantengo bajo control todo lo que pasa en este mundo. He existido desde el principio, y existiré hasta el final."

(Isaías 41: 4)

*

En cuanto Timothy se había ido de la casa Pame corrió al baño a asearse. Se había encargado de darle de comer a sus sobrinos mientras Loras iba por su madre al hospital para que los mellizos fuesen a verle. Todo lo que habían dicho es que se había levantado temprano y que pidió pastillas para el dolor en la pierna, luego volvió a dormir y no se había levantado desde entonces.

Termino de darle la papilla a Nate mientras Paul le daba tetero a Ciara. Rowen se encontraba lavando los platos del desayuno y los de la cena de ayer por la noche que estaban ahí. La chica limpio la boca de Nate y luego limpio sus manos con servilleta. El pequeño de ojos azules le sonrió con picardía antes de lanzarle un beso. Su madre llego y así dio por terminada su labor como niñera ese día. Beso al pequeño y a Ciara antes de salir por la puerta principal. Subió al asiento de copiloto con Loras y arrancaron.

Su mellizo no estaba muy hablador esa mañana. Pame no lo molesto, sabía que la mejor manera de mantener a Loras en sus cabales era no intentando sacarlo de ellos. Al llegar al hospital se escribieron en el horario de visitas y subieron a la habitación donde se encontraba Bastian; aún dormido. La chica se colocó en la silla reclinable que había cercana a la ventana mientras Loras se había lanzado al sofá grande que estaba en el otro lado.

La chica miro a sus hermanos quienes tenían los ojos cerrados. Vio con Loras intentaba descansar y vio a Bastian que se encontraba respirando normalmente. Había crecido con sus hermanos, todos ellos. Sin embargo le tenía un cariño fuerte a sus hermanos varones, porque eran de esos que peleaban con su madre en ocasiones para que la dejara hacer cosas de "niños" y así no tenía que jugar nunca cosas de "niña" que no le agradaban. Y el mayor ya se encontraba grande como para jugar con ellos pero lo hacía. Volteo la vista para ver a través de la ventana, todo lo que se veía eran altos edificios rodeados de árboles.

FUERA DE JUEGO | LIBRO #2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora